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Ilusión Nacional

por Jurxdo Imamura

 

¿En qué se parece el futbol a Dios? En la devoción que le tienen muchos creyentes y en la desconfianza que le tienen muchos intelectuales.

Eduardo Galeano

 

Olallo Rubio entrega en este futbolero 2014 su cuarto largometraje y con él, sin duda, se convierte en uno de los cineastas mexicanos más regulares dentro de la filmografía actual y también, de manera curiosa, se convierte en un punto y aparte del resto de sus colegas contemporáneos. Esto lo digo no sólo porque se trata de un personaje salido de las filas de los medios de comunicación más convencionales, sino  por una sencilla razón: se trata de un espécimen único que esquiva (¿de forma deliberada?) las dos principales –que no únicas– maneras del cine mexicano en los últimos años, el cine más autoral de corte “festivalero” y la filmografía popular de industria barata que sólo ha repetido fórmulas.

Ilusión Nacional (2014) es la tercera entrega a manera ensayística que Rubio realiza en cine, ahora para repasar monográficamente, si se quiere ver así, la tibia e infame historia del balompié mexicano, pero más allá de esto, relata las formas en que se ve, se consume y se autorretrata el deporte más importante en la República Mexicana, que es también, la actividad internacional en la que menos se distingue este país. Con un estilo muy cerca del tono de un Laberinto de la soledad, se dramatiza éste tratado sobre el sitio que futbol soccer, proveniente de México, ocupa a nivel global.  Logra con ello estar a tono tanto con el mundial brasileño que se aproxima, como con el centenario del laureado Paz.

A partir de material de archivo, recortes televisivos, footage invaluable del deporte y la política internacional, y una que otra curiosidad musical, veremos los tropiezos y errores que han significado los más altos logros para una sociedad que gusta de glorificar su mediocridad. No obstante, es definitivamente un tour de force del espectáculo deportivo y en ese sentido cae una y otra vez, de manera incesante, hacia una pregunta objetivamente positiva, de aliento.

Como elemento infaltable en la tradición cinematográfica mexicana que gusta de hacer radiografías críticas de la sociedad actual –y tal vez, en este caso particular es uno de los pocos elementos que conecta a Rubio con sus contemporáneos– encontramos el humor. Acierto curioso, sí; ingenio que muestra las capacidades de su autor, también; Ilusión... es un efectivo pastiche, en tanto que presenta el culto que se le ofrece al deporte y al cuerpo, el cual termina siendo un ensayo documental, que claramente se inserta en el cine de género, en este caso la comedia. A diferencia de su anterior Gimme the power (2012), donde también se sirve de los medios masivos, aquí Olallo juega a poner el dedo en la llaga, pero de una manera más irónica que desenfadada, diríamos más bufonesca, como el mismo equipo deportivo que tiene como protagonista.

A pesar de la parca presencia del deporte más popular del globo en el cine mexicano, quizás el tema futbolístico no necesite necesariamente en el celuloide una desmedida campaña publicitaria como se puede apreciar en el largometraje, misma que se acompaña de la inminencia del mundial en la pantalla grande –con las cadenas de cine anunciando ya la disposición de sus salas IMAX para ver justas del balompié. Al respecto, rememorando la tradición fílmica del soccer, le preceden Olimpíadas en México (Isaac, 1968), Chanfle 1 y 2 (Segoviano, 1979; Gómez Bolaños, 1982), Rudo y Cursi (Carlos Cuarón, 2008), por mencionar algunas.

En sus hasta ahora cuatro filmes, Olallo Rubio se nota como un gran cinéfilo, sin embargo en Ilusión Nacional, con la forma de un fino collage, coloca a la TV y al futbol de la mano.  Sí, el gran guiñol está al servicio del futbol, pero el acierto es la crítica a la manera en que funcionan la radio y principalmente la televisión mexicanas para enaltecer una mentira convertida en ¿negocio, demagogia social, simple enajenación? El espectáculo ya ha sido dramatizado desde el inicio. Sin las imágenes, previamente trabajadas, de la TV, la película no existiría, sin el esfuerzo dramático previo de los camarógrafos y editores televisivos. Pensando en los recortes audiovisuales de los cuales se sirve el realizador se antoja una pregunta: ¿es un reto cinematografiar (transformar a cine) el viso del futbol en la televisión?

No obstante que se agradece una película crítica sobre el deporte moderno y sus consecuencias en el ámbito social de un país tan mediatizado y tan mercantilizado como lo es México, parece que Olallo Rubio decide frenarse y no asestar el golpe definitivo. Sí, se burla del desempeño histórico del futbol mexicano, sí cuestiona el uso que los presidentes han dado a este espectáculo, pero al final se mantiene en éste último concepto y no quiere emitir una reflexión contundente. Es cierto que en su afán de grandilocuencia, todo asunto nacional (política, economía, civismo) converge en la cancha, bajo su mirada vehemente, pero el filme simplemente muestra y no evalúa los alcances de la esperanza que toda una nación pone en la mediocridad de sus héroes, ni se atreve a señalar las causas probables del mal trabajo que estos “profesionales” reflejan cada cuatro años.

Me parece, hacen falta algunos contrapuntos al documental. Por un lado sería el de la voz (Rubio en semitono, agota), y el de la línea musical, omnipresente batucada, como si de un continuum proporcionado se tratara, cuando lo que vemos es un afán lírico de ideas sobre “el mexicano” en torno al balón. Por otro lado propone a las selecciones nacionales como si no existieran las ligas internas de cada país, y de ellas no se desprendiera el drama raquítico del negocio del futbol.

Para terminar, es pertinente una última cuestión, y es que acaso Olallo Rubio buscó estar en dos secciones noticiosas a la vez: deportes y espectáculos. ¿En cuál de ellas tendrá mejor suerte?

 

05.04.14



Jurxdo Imamura


Ensayista de cine de mediana edad, japomex atrapado en el movimiento moderno del siglo pasado, corresponsal fílmico y miembro activo de la IFCA, Sociedad Internacional de Críticos Cinematográficos.....ver perfil
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