Una propuesta joven e inteligente, proveniente de Canadá, llega a jugar con el drama de la vida común en el Festival de Cine de Londres. Sarah préfère la course, que ya había pasado por el Festival de Cine de Cannes, llega ahora a la capital británica para tocar a la audiencia con su estilizada pero sencilla manera de narrar. F.I.L.M.E. sigue corriendo en tierras inglesas al lado de esta ópera prima.
por Dan Svec
En el drama de la debutante Chloé Robichaud, Sarah Prefers to Run (Sarah préfère la course, 2013), que se mostró en el presente BFI London Film Fest el pasado 13 de octubre, retrata la etapa de transición de una chica determinada a triunfar en lo que más le apasiona, correr. La actriz Sophie Demarais, en su primer papel estelar, interpreta a Sarah Lepage, una joven introvertida cuya singular obsesión con el atletismo le gana el reconocimiento de un programa altamente prestigioso de la Universidad McGill en Montreal. La invitación al programa causa un desestabilizante malestar a su madre, al ver que Sarah esta dispuesta a dejar toda su vida en Quebec con tal de seguir el sueño de convertirse en una reconocida atleta de carreras a media distancia. No obstante, a pesar de la falta de apoyo tanto económico como emocional de su madre, ella decide correr.
Las dificultades comienzan en cuanto toma la decisión, la más importante: el dinero. Pero su problema se ve rápidamente resuelto en un giro fuente poco probable, su mejor amigo Antoine (interpretado por Jean-Sébastien Courchesne) quien también tiene el deseo de salir de Quebec, le propone casarse y con esto conseguir prestamos que los mantendrá estables por un tiempo. Pero las cosas se complican al momento de verse enfrentada con el enamoramiento de su amigo, ya que lo único que la protagonista quiere hacer es conquistar lo que la hace sentirse viva.
Sarah Prefers to Run sale de la tradición dentro del género de sueños atléticos, es un filme estilizado y sutil que encapsula a su audiencia en la exploración del sacrificio y el esfuerzo requerido para conseguir metas. La historia se basa tanto en el carácter emocional de la protagonista, que no hay mucho relato sobre su vida personal, mas que por su relación con Antoine, que se nos revela con un giro refrescante, otro lado del desarrollo de Sarah. El papel que interpreta Demarais es el de un personaje lleno de complejidades, quien se encuentra en una búsqueda constante del control de su futuro. Las únicas dos cosas que la alejan de ese control son su atracción sexual, no por su esposo Antoine sino por su compañera de atletismo Zoey (Genvieve Bovin-Roussy) y la aparición de una condición física que podría potencialmente arruinar su carrera.
La cinefotografía (a cargo de Jessica Lee Gagné), en la que se muestra una luz oscura y naturalidad de la cámara, le da una sensación realista y obscura al filme, tanto que nos recuerda a uno de los directores emergentes de los años 90 que utilizaban la técnica de cámara en mano e imágenes oscuras, Quentin Tarantino, en su película Pulp Fiction. Aun cuando las dos películas son polos opuestos, están filmadas con casi la misma técnica. Acercamientos de cámara en mano siguiendo a los personajes utilizando cortes largos para llevarnos de un área a otra y así sumergiéndonos en una atmosfera de hiper-realismo. Esta es una técnica experimental que utilizan los directores de cine “indie” para tirar los muros de la ficción y la mente de sus espectadores y proyectar algo real y tangible.
El primer largometraje de Robichaud brilla en manera similar a Lost in Translation, de Sofia Coppola, mediante el uso de la narración cinematográfica. Los dos filmes tienen poderosas interpretaciones femeninas que no se ven descritas por el uso del diálogo, sino por su actuación sin prisas dentro del ritmo de la película. Las dos protagonistas se preguntan acerca de cuestiones del amor y la vida común mediante interacciones reales entre ellas y su mundo. Las dos obras cinematográficas se filmaron con la intención de capturar un realismo, con acercamientos que muestran las emociones de las protagonistas a través de juegos con luz y sombras.
Sarah Prefers to Run es una joya escondida, salida de Quebec, que no podría pedir un mejor debut de dirección. Robichaud empapa al espectador en el mundo de Sarah, bien filmado, haciéndolo real. Además nos da una banda sonora bastante interesante y un dialogo francófono ingenioso. Este drama enérgico nos encamina en un viaje de entendimiento que es tan bello tanto para la audiencia como para Sarah.
16.10.13
Aficionado al cine, los videojuegos y la ciencia. Dan es un director que ama realizar pelÃculas cuando no está tratando de conquistar al mundo.
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