siguenos
El cine a modo II
Por Praxedis Razo

Mis películas traían todo, porque traían drama, la realidad, los sufrimientos y al mismo tiempo se les ponía música, se buscaba la manera de que la música que se escuchara en las calles fuera a la pantalla.
Ninón Sevilla


Ninón Sevilla (1921), y ya para qué dudarlo, fue sinónimo de erotismo durante las décadas más visibles del cine mexicano, 40 y 50. Una mujer que cautivó a las masas con sus bailes, con su manera tan a rajatabla de hablar, de rezar sus argumentos. Una dama de sencillez implacable que con un movimiento de cadera podía cambiar el rumbo del cine mexicano por ni mencionar nada de su cantor lujurioso, Agustín Lara, que va mereciendo un capítulo aparte en la historia del cine.

En fin, Sevilla era un mujerón de aquellos, y así también llegó a opinar del cine, al que trataba como a un juguetito sexual y del que tiene ideas muy peculiares, que le contó a un tal David Ramón, quien escribió para la Filmoteca de la UNAM en 1989 el único estudio serio que existe de la obra de la dulce Ninón Sevilla.

Recuerda Ninón cuando José Díaz Morales, “un señor muy pintoresco”, a decir de la propia bailarina actriz, director de un muy peculiar Jesús de Nazareth (42), por cierto con música de Rodolfo Halffter, y muy probablemente la primera incursión mexicana en películas bíblicas; Díaz Morales le dijo a Ninón que usara un tocado de plátanos, a la manera de la bellísima Carmen Miranda, y cuando ella vio el sombrerito (“plátanos de esos de freír, de esos grandes tabasco, de esos inmensos” -en realidad se refiere a plátanos machos-) decidió no ponérselo: “porque el género que yo traigo es la música tropical cubana, del Caribe, pero yo no vendo plátanos, ni mangos, ni nada de esas cosas”, y se presentó frente al director con un arreglo de su autoría sin plátanos. Entonces Díaz Morales, alarmado, le comenta que qué había pasado con el tocadito de plátanos que él le había escogido, a lo que Sevilla respondió que ese espantajo no se lo iba a poner para salir en su película, y el otro, incrédulo:

-Pero si yo lo mandé hacer.

-Pues eso que mando hacer se lo pone usted. Porque esto me lo mandé hacer yo y es lo que me pondré.

Y nadie le dijo nada –aunque después se pondría hasta lo que no se puede en la cabeza ¡un gallo, por ejemplo!–. Se trataba de su primer película, Carita de cielo (46), todo un éxito, y a partir de ahí se podría decir que Ninón se forjó una imagen facilona de lo que ella dice que era una mujer víctima: “la muchacha que llegaba de fuera buscando trabajo, di casi el mensaje de la mujer sufrida que llega a la ciudad y triunfa por cosas familiares”, una idea muy extraña de lo que en verdad le tocaba ser y hacer a Ninón frente a la cámara.

Cuando se refiere a Aventurera (49) del gran director y maquillista Tito Gout –primera parte de la trilogía de tragedia cabaretera más excepcional de la historia del cine de rumberas (a la que le siguen Sensualidad del 50 y No niego mi pasado del 51, escritas por el ¡maestro de etimologías grecolatinas! Álvaro Custodio que nunca se halló en su exilio mexicano)– la ubica como una película “bonita”: “Porque si vamos a ver el mensaje hoy en día se tiene la facilidad de decir las cosas más claramente, antes teníamos que disfrazar las cosas para llegar a la comunicación que hoy existe, la comunicación que es muy importante en la vida -Âż?¡!-. Así que Aventurera es una cosa muy linda porque la señora que me trajo a mí marcando el paso, la que me vendió en un tecito, la vida da muchas vueltas, y su hijo es el que se enamora de mí, un ingeniero, y me caso con él y voy a dar precisamente a su casa y le hago la vida imposible a la señora, la venganza… Tenemos que vivir en la realidad, los tiempos cambian, pero yo mi época no la cambio por ninguna. Estoy muy orgullosa de mi época.”

Y así, nos deja Ninón, el gran cuerpo y la gran mente del rumberismo, pasmados ante su meditación en torno a su cine, hecho a la medida de sí misma.

Praxedis Razo


Un no le aunque sin hay te voy ni otros textículos que valgan. Este hombre gato quiere escribir de cine sin parar, a sabiendas de que un día llegará a su fin... es lo que más le duele: no revisar todas las películas que querría. Y también es plomero de avanzada. Mayores informes y ofertas al 5522476333. ....ver perfil
Comentarios:
comentarios.