por Eric Ortiz
El cine y la literatura se han acercado a los temas que trata La casa donde vivo (Jarecki, 2012) en otras ocasiones. Si se habla de la “guerra contra el narcotráfico†inevitablemente encontraremos que todo está relacionado, desde el deseo de un niño de seguir los pasos del gánster más reconocido en su gueto (véase una de las historias en Gomorra de Garrone) hasta el debate en torno a las leyes penales (tocado no hace mucho en Into the Abyss de Herzog).
La casa donde vivo, documental sobre la guerra en contra de las drogas en Estados Unidos que nos pasea por toda la unión americana, muestra la perspectiva de todos los involucrados en tan compleja situación, desde el recluso que traficaba con metanfetaminas hasta el policía que apareció en la serie Cops. Aunque el documental dura tan sólo 2 horas, da la impresión que Eugene Jarecki tenía material suficiente para lanzar una mini serie de 10 horas, por lo que con un solo vistazo será un tanto difícil retener cada una de las historias.
Jarecki comenzó su proyecto a partir de una cuestión personal: la mujer afroamericana que lo cuidaba cuando era niño, vio a su familia destruirse por las drogas. El director rápidamente delimita su tema y decide explorar sólo su país –la guerra mexicana contra las drogas, por ejemplo, se menciona una vez, simplemente para concluir que el problema es mucho más grande en Estados Unidos. En ningún momento se cuestiona de dónde provienen las drogas que entran a su país, o el porqué la gente las utiliza, eso de alguna forma queda claro, las personas involucradas en el trafico y consumo de drogas lo hacen “por dolorâ€, remarca uno de los entrevistados, y lo que ocupa al documental es buscar qué causa ese dolor.
Sin embargo, al mismo tiempo que encontramos respuestas y reflexiones concisas, muestras de una brutalidad impresionante, éstas mismas contradicen totalmente al mensaje, un tanto esperanzador, con el que concluye el filme, ilustrado con la imagen de una señora afroamericana que ve en su televisión, con una sonrisa, la primera victoria de Barack Obama en 2008. Sí, la misma que se hacía cargo de Jarecki.
The Wire (2002-2008), brillante pero poco popular serie de televisión americana, ha sido descrita como una obra policiaca que no se mueve de manera rápida, con acción y balazos de por medio. La gran carga de información de la serie es un poco difícil de digerir al principio, y es que estamos hablando de un proyecto ambicioso que parte con un simple caso detectivesco y termina explorando diversos aspectos de la sociedad norteamericana (en específico de la ciudad de Baltimore), entre los cuales destaca el negocio ilegal de las drogas.
No es ninguna casualidad que uno de los entrevistados con mayor presencia en el documental sea David Simon, ex periodista policiaco del Baltimore Sun, creador del programa de TV mencionado. Sin duda Simon fue una gran inspiración para Jarecki, y ambos trabajos, tanto La casa donde vivo como The Wire, se complementan. Si conocen la serie de ficción, ver el documental es como regresar a los mismos lugares (las viviendas públicas conocidas como housingprojects) y también a algunas situaciones (los policías que prefieren hacer arrestos rápidos por posesión drogas en vez de trabajar casos mayores).
Otro de los personajes que más destacan en el filme es un historiador experto en Abraham Lincoln. Con su look extraído de aquellos años de guerra civil, éste hombre nos lleva de la mano para darle una mirada a la historia de las drogas en Estados Unidos, llegando hasta los días en que los chinos (a quienes se les relacionaba directamente con el consumo de opio) comenzaron a dejar sin empleo a los blancos americanos. El material de archivo que nutre el documental nos muestra la clásica propaganda americana, Jarecki encuentra respuestas y paralelismos en las formas de discurso político que un presidente como Nixon usó.
Como ya lo mencioné, la principal virtud de La casa donde vivo es que nos provee de respuestas concisas, incluso un tema como el origen de las zonas marginadas (guetos) es explicado mejor que nunca. Es de hecho éste hombre parecido a Lincoln quien concluye de manera brutal el tema de la guerra contra las drogas, y más que la propia conclusión de Jarecki, es ésta la que se quedará con nosotros –la guerra contra las drogas es un holocausto que, a diferencia de los otros, ha evolucionado y ya no distingue razas, sólo clases.
Para ver el calendario de exhibición de esta película en AMBULANTE, da click aquí.