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Noches de Julio

El encuentro, el contacto y otra realidad

por Paulina Abril Vázquez Reyes

 

 

Si ha de volver,

esa persona verá

la pasión con la que la he esperado.

 

Sôchô, 1488

 

Este verso férvido abre frente al espectador un portal que le encapsula en el tiempo y absorbe toda su atención durante unos fabulosos 78 min.  Ataca de manera contundente por todos los flancos, porque cada uno de sus aspectos es un pilar que sostiene firmemente esta producción que cae tan bien en tiempos en los que se cree que el cine mexicano adolece y agoniza. Como réplica a dichas acusaciones que desacreditan a las producciones nacionales actuales, Noches de Julio (México, 2018), es sin dudas una propuesta original que refresca nuestras expectativas y nos deja curiosos de conocer la filmografía completa de su autor. La primera impresión que tuve fue la de ver el segundo o tercer filme de un director con mucha experiencia y claridad en cuanto a objetivos, sin embargo estaba sentada frente a la ópera prima de uno de los sonidistas más destacados del cine mexicano contemporáneo.

Axel Muñoz Barba, egresado del Centro de Capacitación Cinematográfica, nos regala una película kinestésica, cuya fortaleza es la sólida mancuerna que crea la imagen con el sonido. Y es que en este filme en particular el sonido a cargo de Isabel Muñoz, el diseño sonoro de León Felipe González y la música de Federico Schmucler, mezclados deliciosamente con sonidos del cotidiano citadino, hacen vibrar nuestras memorias y nos identifica con los lugares que nos muestra desde su muy detallada e impecable fotografía, Oswaldo Toledano.  Es por eso que considero que en un mundo dominado por el “ocularcentrismo”, la propuesta que hace Axel Muñoz nace desde una perspectiva que aborda el sonido no sólo para funcionar de relleno, sino que caracteriza y acompaña la narrativa, traduce la visualidad del guión para así enmarcar la fotografía. Rompe la hegemonía de la vista y nos conmueve entrando por los oídos.

Noches de Julio se suma a un interesante momento en el que las producciones cinematográficas nacionales se avocan en una búsqueda (casi ansiosa) por recapturar la identidad de las personas y espacios dentro del territorio nacional.  Por ejemplo, las calles, la vecindad y el tianguis de Asfixia de Kenya Márquez, (México 2018), en la peluquería, el hotel de paso y la casa añeja de El Peluquero Romántico de Iván Ávila Dueñas (México-España, 2016), o la casa de esa anciana que se enfrenta a vivir para sí misma por primera vez, en un pueblo de la sierra dentro de una casa llena de recuerdos en Cría Puercos de Ehécatl Garage (México 2018); todas las anteriores sólo por mencionar algunas.

En el caso de Noches de Julio, ubicamos a sus personajes en locaciones específicas y populares como aquella preciosa secuencia donde Mara, interpretada por Florencia Ríos, cruza en bicicleta por el parque México o esa tintorería en la que Julio, sensiblemente interpretado Hoze Meléndez, se pierde en sus fantasías. La sorpresa de ver estos lugares que se frecuentan y conocen ampliamente, dan la sensación de ser lejanos, casi ajenos. Y es así como estos contextos en los que se realizó esta producción se vuelven odas las calles, rincones, y habitaciones de la metrópoli invitándonos a redescubrir y a apropiarnos de ella.

Otro factor que se afianza en nuestra memoria es el encuentro entre ambos personajes cuya relación evade los límites convencionales de las relaciones sociales, tanto como sus respectivos trastornos psicológicos. Y así, las especificidades identitarias de los personajes se vuelven en el roto perfecto para el descosido. La comunicación oral no es necesaria, porque su relación se gesta en un nivel intuitivo y casi de comprensión absoluta. El tacto que siempre está a centímetros de lograrse, el intimar a través de invadir la intimidad y la presa que cae en su propio juego. Es sin dudas una trama que nos conmueve deseosos de conocer esa forma tan particular de relacionarse que tienen los personajes con su entorno.

Tantas y cuantas cosas podríamos analizar y meditar sobre este filme que nos pierde entre un mundo que existe solamente dentro de la cabeza de Julio y de Mara, que invita a salir del propio para así reconocernos en las noches de soledad.

 

04.11.19

Mr. FILME


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La letra encarnada de la esencia de F.I.L.M.E., y en ocasiones, el capataz del consejo editorial.....ver perfil
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