siguenos
FICG31. Desierto de Jonás Cuarón

por Julio César Durán

 

La caza es una actividad primordial, que históricamente ha constituido el pilar de diversas culturas como modo de subsistencia y por supuesto de producción. Más allá de que esta acción está presente en cualquier grupo animal que se encuentre en posiciones privilegiadas de la cadena alimenticia, la sofisticación de la caza es sin duda pieza clave de la civilización tal como la conocemos, al mismo tiempo que forma parte del día a día de casi cualquier espectador gracias a los dibujos animados de la cultura popular.

Jonás Cuarón, hijo del célebre realizador mexicano ganador del Óscar gracias a Gravedad (2013), dirige su segundo largometraje titulado Desierto (2015) donde una fracción del tema migratorio de México y Estados Unidos da pie a una historia sobre la cacería de un personaje que se encuentra cruzando la frontera norte de nuestro país.

A partir de una historia realmente sencilla, que no va más allá de un juego de gato contra ratón, el joven Cuarón exagera y vuelve efectista su película por culpa de la manera en que desarrolla su argumento. Desde el inicio sabemos Desierto se trata de una obra con pretensiones puramente comerciales, no interesa aquí formar una idea del carácter de las personas que cruzan la frontera México-Estados Unidos, ni tampoco de los ciudadanos norteamericanos que han tomado acciones radicales para evitar dicho éxodo hacia su país.

La película se sustenta con frases cliché sin mucho significado, desde las que Jonás Cuarón va convirtiendo la trama simple que tiene en un inicio (una donde quizá no hacen falta demasiados diálogos) en una historia grandilocuente. El personaje principal, interpretado por Gael García, es un mexicano que le pone la sensiblería a la película, por otro lado el antagónico interpretado por Jeffrey Dean Morgan supone el tópico del vaquero-cazador con idiosincracia confederada cuya idea de hogar es totalmente excluyente.

Si bien el filme está pensado para el gran público, una realidad dura convertida en caricatura no deja mucho espacio para la reflexión más allá de la afección. El tremendismo está en primer plano y los objetivos dramáticos de los personajes pasan a ser un elemento más de la utilería. Cada situación está perfectamente pensada para ser ruidosa y a pesar de nunca ser demasiado explícita (he ahí la cosa favorable para una posible clasificación B, que es poco restrictiva) sí termina por ser altisonante. Desierto exagera los momentos donde ya ha hecho énfasis, ya sea en su drama, en su acción o en un momento humorístico, recurso bien aprendido de su "tío" González Iñárritu.

Con una obvia antecesora tan clásica como The Most Dangerous Game (Irving Pichel y Ernest B. Schoedsack) de 1932, donde la cacería de personas por un individuo que se cree superior es el punto de partida para hablar de la condición humana, Desierto desperdicia las posibilidades que la narración le ofrece y evita poner el dedo en la llaga (aunque sin pretender hacerlo sí lo supone), volviéndose, sin más ni más, un episodio de El coyote y el correcaminos.

 

12.03.16

Julio César Durán


@Jools_Duran
Filósofo, esteta, investigador e intento de cineasta. Después de estudiar filosofía y cine, y vagar de manera "ilegal" por el mundo, decide regresar a México-Tenochtitlan (su ciudad natal), para ofrecer sus servicios en las....ver perfil
Comentarios:
comentarios.