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Berlinale 66. Estados Unidos del Amor y ¡Un dragón llega!

por Cuauhtémoc Pérez-Medrano

 

El viernes 19 de febrero se proyectaron las ultimas películas que concursaron en la competencia para el Oso de Oro del Festival de Berlín: Zjednoczone stany miÅ‚oÅ›ci (Estados Unidos del Amor), del joven director y guionista polaco Tomasz Wasilewski, y Ejhdeha Vared Mishavad! (¡Un dragón llega!), del director iraní Mani Haghighi, quien ya había presentado su trabajo tanto en el Forum (2006) y en la competencia oficial (2012), ambas participaciones en el marco del mismo festival berlinés.

Los últimos dos trabajos contendientes para este concurso son contrastantes no sólo en la temática, sino en la realización de cada película. El trabajo del iraní presenta una mezcla entre falso documental y ficción, ¡Un dragón llega! se sustenta en un hecho histórico fundamental en la historia iraní, el asesinato de Hasan Ali Mansur, el primer ministro iraní en 1965, y la existencia de un dragón debajo de la tierra en la vieja isla de Qeshm en el golfo pérsico.

La historia intercala entrevistas a los distintos testigos, pero sobre todo un hecho fantástico se vuelve primordial en la película, ya que trata de recrear y resolver qué pasó con un los investigadores policiacos y geólogos que analizan una barca junto a un panteón en donde se suscitan terremotos cada vez que alguien es enterrado. El asesinato del primer ministro es una delgada red histórica que permite matizar la historia de suspenso con una edulcorada estética cuasi onírica, gestada por los personajes habitantes de la isla y la recreación de los años sesenta. Aunque siempre plausible es la estética que nos ofrece distintos canales narrativos, la historia no terminó por atrapar, los cortes entre la ficción y el documental creaban una confusión que más que sorpresa generaba distracción.

Opuesta a esto se haya el filme del joven Wasilewski, Estados Unidos del Amor, nos presenta cuatro relatos sobre cuatro mujeres. La historia se desarrolla en los albores de los años noventa en una provincia polaca. El desconcierto de los cambios sistémicos postcomunistas es perceptible tanto en la estética taciturna, expresada por colores grisáceos, decolorados, y el ritmo acompasado de las historias.

En conjunto, los relatos nos sumergen a un estado de impasse, mientras que el montaje empalma y entrecruza las historias de los personajes: una mujer casada y con hija que trabaja en un videoclub y está enamorada del joven párroco del pueblo; la directora de la escuela del pueblo, quien ha sido durante seis años la amante de un doctor casado; una mujer joven que imparte clases de danza y deportes con aspiraciones en el mundo del modelaje, quien espera a su pareja que se ha ido a Berlín; y una maestra de ruso en proceso de jubilación que juega un rol homosexual y es vecina de la maestra de danza.

La historia comienza con un plano fijo sobre una mesa en donde se celebra una cena y donde vemos tres de los cuatro personajes, la puesta en escena y los movimientos de los personajes sirven de prólogo de toda la estética del montaje que propone el filme, un tejido inacabado que constantemente hace que converjan en el cuadro varios de los personajes, dando la sensación de simultaneidad temporal de toda la historia.

Cada personaje es caracterizado de tal manera que no se percibe algún desperdicio entre secuencias y planos fijos. Las cuatro historias son terminadas en el punto más álgido de su drama personal, no se trata de una interrupción, sino de la premisa polaca “Bez pracy nie ma koÅ‚aczy” (“Sin trabajo, no hay cena”), y como hemos ya visto las faenas de las cuatro sólidas historias, la cena ya estará puesta en la cabeza para saborearla, aunque ésta sea realista y acre. No cabe duda que la propuesta del joven Tomasz Wasilewski  ha sido bien galardonada con el Oso de plata por el mejor guión de la competencia.  

 

25.02.16

Cuauhtemoc Perez Medrano


Comenzó su doctorado en Suiza y lo terminó en Alemania, en la universidad de Potsdam. En el entretanto ha vivido en Suiza, Holanda, Francia, Portugal, Alemania, Italia y Malta. Ha trabajado como mesero, botarga, tablajero, conductor de tren, vendedor de créditos, plomero, jardinero, profesor de español, cocinero, b....ver perfil
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