por Amado Cabrales
Más allá de los accidentes geográficos, de las barreras naturales entre dos puntos sobre la tierra, existen una serie de trazos caprichosos, de barreras ideológicas que en ocasiones multiplican el valor de las cosas y en otras la encarecen, incluso si ya no se trata de cosas, si no de seres humanos.
La frontera, el muro, la alambrada son la manifestación física de una división política, económica y cultural, entre pueblos y naciones. Más que una forma de protección es una forma de exclusión y estrategia de comercio, en donde lo que va y viene entre la línea se debate entre lo legal y lo ilegal.
Miles de personas emprenden cada día su cruzada personal hacia lo “propicio”, hacia la hipoteca oportunidad de sobrevivir, ya ni siquiera de progresar, lejos de su lugar de origen.
Los motivos que orillan a emprender estas cruzadas son de los más variados, más, se intuye en ellos un motor inherente a todas las causas: el anhelo.
Anhelar es una suerte de desear a la distancia, y en este caso, es también el hilo conductor entre la obra de Francis Alÿs “no cruzaras el rio antes de llegar al puente” y la opera prima de Diego Quemada-Diez La jaula de oro. Cuestión que ambos abordan en la imagen como la manifestación de una metáfora, de un sueño opaco e incluso inútil.
El anhelo climático como utopía o los copos de nieve en la oscuridad
La jaula de Oro
Diego Quemada-Diez
2013
Un súbito corte de cámara nos transporta a ningún lugar, no se ve el suelo, no se divisa el horizonte, el fondo es negro y sobre el delicados copos de nieve se deslizan en el aire frente a nuestros ojos. Esta es la quimera, este es el anhelo, la imagen que perdura a pesar de la desgracia en las mentes de Sara, Juan y Manuel, niños-jóvenes de centro américa de camino a EU.
La historia es un recorrido a través de la frontera sur y la frontera norte de México. Territorio inhóspito para el migrante y en donde a lo largo del film desfilan icónicos personajes de esta problemática: los narcotraficantes, los coyotes, “las patronas”, el padre Alejandro Solalinde, la policía federal. Que en algunos casos son interpretados por ellos mismos.
La delicada caída de copos de nieve en la negrura de la noche, es el aliciente para continuar. La amistad es a lo largo del camino el elemento esencial para la supervivencia y para mantener un resquicio de humanidad en una situación en donde su existencia es un mero producto de explotación.
Lo que se observa, o se intuye, es la instrumentalización del cuerpo del migrante. El hombre es la máxima mercancía del capital y la pobreza el medio de su explotación. Pobreza calculada y construida que es transportada por la “bestia”, el tren que recorre la republica mexicana hacia el norte, hace las veces de una línea de ensamble de fabrica.
Las diferentes mafias hacen selección del “material” y van sacando de la banda lo que necesitan. Los migrantes son sus putas, sus jornaleros, sus mulas, sus medios de extorsión, sus animales de caza. El migrante es abstraído al contexto y utilizado a conveniencia. Esto queda claro hacia el final cuando la utopía fallida es una carnicería.
Pedazos de carne son colocados en la banda, mientras son seleccionados por partes, la grasa y los huesos sobrantes son recogidos del suelo por juan, mientras en el exterior nieva. El final del camino se ha transformado en realidad y el que fuese un paisaje idílico solo recalca el frio y la soledad.
Su ilegalidad es la condición para su objetivación, es el medio por el cual se victimiza impunemente y se da lugar a una forma de “libre” comercio del migrante, la única forma de cruzar es precisamente la adhesión de su anhelo como motor de la banda.
El sistema orilla a las personas a partir de su origen, pero a su vez es algo voluntario el dejar el origen. Al final de la banda de producción se encuentra el aliciente para cruzarlo, la justificación de la penuria y la pérdida representada en copos de nieve que delicadamente descienden en la oscuridad. Oposición climática de las regiones meridionales y ecuatoriales, demarcación de un norte siempre frío pero a la vez esperanzador por más especulativo u oscuro que sea el porvenir.
Juan y Manuel miran por una vitrina un tren a escala que recorre un paisaje nevado. El anhelo los ha orillado a continuar, les ha dado un motivo, la creencia en el cambio, en la posibilidad, se convierte en negocio. El cuerpo y vida del migrante son moneda de cambio y su circulación esta ligada al mito y a la fantasía del progreso.
El anhelo como trazo invisible o el puente como metáfora de la unión
No cruzarás el rio antes de llegar al puente
Francis Alÿs
2008
la pieza se compone de una serie de pinturas dibujos y videos que se articulan en relación a un tema, la frontera.
El idílico andar en tanto práctica estética, en tanto ejercicio de una libertad de movimiento, tiene como contraparte el muro, la frontera. Esta puede detener el sueño antes que el paso.
La migración dentro la obra se intuye como la posibilidad de una transgresión de la división que sea da en cada frontera. Dicha acción, articulada mediante el anhelo y la necesidad, devela el mito latente dentro de la segregación y la otredad generando una fábula o fantasía que articula una posibilidad: el puente.
Alÿs se aboca a la formulación de esta posibilidad, una que tiene la forma de unos niños a ambos lados del estrecho de Gibraltar, nadando a contracorriente en dirección a “el otro”. El anhelo de alcanzar el horizonte es posiblemente lo que permite pensar el puente a pesar que de manera fáctica sabemos de su imposibilidad.
En la periferia del video, dibujos son encontrados con recortes de periódico que en conjunto ilustran y analizan plásticamente la condición del migrante cuasi personaje mítico de la obra. A veces los personajes sin rostro, llevan un pastiche de recortes de edificios a espaldas; en ocasiones una roca sobre si solo deja entrever sus pies; Una niña con el brazo izquierdo y la pierna derecha atados de manera cruzada aparece en dibujos y pinturas suerte de viajero inmóvil, de prisionero ambulante.
Alÿs fantasea sobre la transgresión, elabora quimeras en donde el migrante convive con el mito y la fábula, entre cruzados del 1212 y el gigante Hércules. El migrante es entonces partícipe de las historias que se dan lugar en el espacio de conflicto. El anhelo en este caso es aglutinante entre la inmaterialidad del puente y la compleja relación socio-política en Gibraltar. Este deseo tiene lugar en el espectador y va mezclado con la sensación de algo que no termina de algo que no deja de suceder a pesar de la fantasía puesta en escena.
Encuentros
El anhelo es el motor que marca la línea sobre las fronteras. Es del que se sirven los malditos, los niños y los artistas para cruzar la línea, para creer en la posibilidad de otro lado que responda a ese deseo.
Ambos trabajos son historias que se adhieren al imaginario de la diáspora y la segregación. Ambas articulan un proceso de visibilidad ya sea desde la fabula, la ficción cinematográfica o la plástica.
En la Jaula existe una construcción narrativa que se distancia de una mera producción de denuncia y se encamina hacia algo mas, hacia el motor mismo del viaje, la búsqueda de un mas allá, de una necesidad que se cree satisfecha al llegar. Diez recrea desde la ficción, es decir desde un montaje que permite una linealidad de la historia. La obra no posee una dimensión critica de su puesta en escena, carece de un salto al vacío, de un ejercicio dentro de la obra que permita distancia reflexiva. Es un film que altera los sentidos y juega con la empatía para producir una sensación de shock , una recepción en la distracción como diría Benjamín, de la cual no sabemos de su trascendencia mas allá del dolor inmediato que produce.
Alÿs instrumentaliza al migrante por medio de la poética, es decir, hace uso de ellos a favor de una estética. Elabora una metáfora en donde la estrategia se basa en el trabajo colectivo sin la participación consiente. Desconocemos si los niños están al tanto de sus acciones, hecho que sucede en la Habana y Florida en donde ni los barqueros del sindicato y los dueños de yates no saben en realidad de la producción del puente.
¿Es acaso esta ignorancia la que permite el puente? Esta acto sin finalidad, que al llevarse acabo permite el sueño y al mismo tiempo solo es satisfecha en si misma, en la mirada del artista y del espectador. Es posible que la conciencia del acto de las contradicciones del anhelo y de la imagen, sean las que resuenan mas allá de la empatía y que lleven a reflexionar sobre la problemática en la representación del migrante.
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