por Fernando Gómez
A la hora de adaptar ciertos personaje al cine, sean de libros (cuentos, novelas etc.) o en el caso particular de los comics, siempre se tomarán pequeñas, o tal vez no tan pequeñas, licencias sobre el personaje ¿por qué? Quizá es porque el material original no funciona para la actualidad; o el comic no funciona para cine y tv; o viceversa, y/o solo por caprichos de cada director, productor o guionista, pero ¿qué pasa cuando tomas un personaje totalmente establecido dentro de la cultura popular y lo llevas a terrenos totalmente insospechados?
Puede que lo parezca, pero muchas veces no es una cuestión de raza; si no simplemente actualizar al personaje. Uno de los casos más recientes es el de Aquaman, el rey de los siete mares, que será interpretado por el siempre rudo actor Jason Momoa (Khal Drogo en Game of thrones) un giro que puede que favorezca al personaje ya que no se tiene una buena impresión de tal. Un personaje creado en los 40´s, rubio de ojos verdes y con una sonrisa de galán, si un estereotipo de el guapo americano, o el típico ario; en este tema y aunque Arthur Schopenhauer lo haya dicho “el cambio es una cosa inmutable”, este cambio sí favorece.
Pero en el momento donde se cambia por completo la etnia de algún personaje bajo la prédica de la diversificación, los fans se azotan, pierden la razón y los lleva a decir o hacer cosas absurdas, como mandar cartas amenazantes, hacer firmas y peticiones para que sea destituido el actor elegido, etc. Y aunque nunca se justificarán actos tan burdos puede que tengan toda la razón. El más claro cambio de etnia, y por tanto el más criticado, es el de actor Michael B. Jordan (Chronichle) que interpretara a Johnny Storm, personaje caucásico de toda la vida en los comics, en el proximo rebot de Los 4 fantásticos. Otro de los casos ha sido Idris Elba (Pacific Rim) interpretando al dios nórdico Thor, algo bastante extraño, pero en este caso siendo menos criticado quizá por el talento de este y su carisma.
Dentro de adaptaciones en series televisivas también hay este tipo de licencias, uno de los ejemplos es en la serie de Flash; Iris West, una protagonista habitual en los comics del velocista, es una chica pelirroja, que dentro de la serie es cambiada por una chica de color. En Arrow, la serie del arquero esmeralda, ha ocurrido lo mismo en dos ocasiones con un par de sus rivales y aunque son notablemente de menos nivel o importancia no deja de haber duda: ¿es necesario este tipo de cosas? Para rematar dentro de la que será la nueva serie de Supergirl, Jimmy Olsen, el siempre fiel amigo de Superman, es un camarógrafo confiable y tímido; para esta serie no solo se le cambia la etnia que tenía un chico caucásico y pelirrojo, el cambio es total desde ser interpretado por un actor de color (Mehcad Brooks) hasta su personalidad, pues aquí será una especie de macho alfa donjuanésco.
Como conclusión, o mi propio punto final; de verdad no creo que esto es necesario, ya que si quieren productores, directores y demás, diversificar ese mundillo de superhéroes no tienen que cambiar algo ya establecido; siempre se podrá crear un nuevo personaje (John Diggle interpretado por David Ramsey en Arrow) o tomar uno ya existente (porque hay muchos y variados en cuanto a etnias). Aunque todos los mencionados con excepción de este nuevo Jimmy (todas mías) Olsen han respetado sus orígenes, sus historias; aun así adaptar algo y no ser fiel al material original conlleva muchos riesgos, pues también afecta a los personajes circundantes y con ello toda la trama. Puede que al final todos estos héroes en sus propias publicaciones no les importaría un cambio de color, pero aplicado al mundo real que parece llevar de la mano la doble moral, sí le importa.
Desde luego se trata de una estrategia de mercantilización de lo multicultural más que de políticas de inclusión. Pues la gente de color por supuesto que va adquiriendo cada vez mayor participación en la vida econonómica de la babel postmoderna que es norteamerica. Pues ya que si un personaje fuese de color en el material original y cambiado a blanco para una adaptación sería algo considerado racista pero no al revés.
¿Por qué no cambiar de color a la Mole y en vez de naranja que sea rosa, o dorada o bermellón? O ¿Por qué no hacer de un Aquaman algo más parecido a una marmota, un poco más llenito? ¿ O cambiarle de sexo al Duende Verde y hacerlo queer? Pura doble moral revestida de lo políticamente correcto cuando en realidad responde a cuotas de mercado. De entre tantos colores que hay y tantas otras posibilidades ¿por qué sólo se fijan en el color blanco o negro?
22.03.15