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Las nubes de María

por Brianda Pineda

 

La esperada llegada de la cinta Las nubes de María (Clouds of Sils Maria, 2014), dirigida por el francés Olivier Assayas, ha tocado a buen puerto, la pantalla grande. La serpiente de Maloja repta durante dos horas por el paisaje de ojos abiertos a través de la caricia de la espiga del asombro, ojos pertenecientes a los espectadores. El argumento del filme es una serie de vueltas de tuerca que muestran un sistema complejo en la belleza del guión y en la estructura en abismo que entrega, como si de un rompecabezas metafísico se tratara la historia: Wilhelm Melchior ha muerto en vísperas de un homenaje a su trayectoria como dramaturgo.

Años atrás, en la puesta en escena de uno de los libros de Melchior, Maloja Snake, María (Juliette Binoche) interpretó a Sigrid, una joven cuya enigmática belleza conduce al suicidio a Helena, actriz madura que alcanzó fama y gloria con su brillante carrera. Dicho papel significó su trascendencia artística, pero el tiempo ha transcurrido y aún contra el deseo de conservarse como un recuerdo, María habrá de enfrentarse al desafío propuesto por Klaus Diesterweg (Lars Eidinger), director taciturno que planea una readaptación de la obra donde la actriz mude de rol, ahora encarnando a Helena. Sils Maria reflexiona sobre la obra de arte como objeto, basta ver  con detenimiento el curso de sus metamorfosis.

La historia pensada por Wilhelm Melchior vuelta libro recae en el libro “interpretado” por María y su asistente personal Valentine (Kristen Stewart), dúo de personajes dispares que instauran una confusión cuyo mejor ángulo es un erotismo frío. En el delirio objetual, Clouds of Sils Maria –filme en cuyo interior se oculta parte del proceso de adaptación cinematográfica de Maloja Snake–, guarda ciertas similitudes con el libro de Wilhelm Melchior: María ha dejado atrás su juventud pero su belleza clásica persiste como ciertas cinturas de mármol. Valentine y Jo-Ann Ellis (Chloë Grace Moretz) están acaso en su mejor momento y la atracción fatal que sostiene la intriga del libro se ve reflejada a modo de una insinuación fugaz como la realidad externa a la obra ficcional, ese detrás de líneas que es asomarse a la vida de una estrella de cine. En dicha interpretación descansa la poética del filme: asistimos al proceso creativo de una película/puesta en escena que no veremos, pues apenas nos será revelado un etéreo bosquejo de su trama en las discusiones y ensayos que sostiene la actriz francesa con los demás actores.

Hasta aquí los elementos del filme son un buen augurio.  Pero hay que decir que al igual que las nubes que sirven de inspiración y metáfora para el rodaje de la película, la realización de Sils Maria  se ha quedado en el aire. Es la película un retrato de la vanidad, un choque entre dos épocas, generaciones y culturas, pero también una cinta enrarecida por su falta de emoción y sus anclas perdidas en el vaivén de un repetido naufragio donde música, paisajes, y trama no permiten adivinar en su ritmo monótono sobre qué barco navegamos. Atractiva, sin duda, como tratado teórico sobre las múltiples perspectivas girando alrededor de la obra de arte o como amuleto visual para aquellos que admiramos el trabajo de Juliette Binoche y la audacia impredecible de las jóvenes promesas de Hollywood. La elegancia que otorga cierto carácter lúcido en el vestuario de los personajes viene de la mano de Chanel, que aparece en la industria cinematográfica con una serie de apariciones sutiles y hace, con su irrupción en el presupuesto, realidad la intención del director francés: rodar la película en el clásico formato de 35 mm, escapando de la ilusión digital.

Sin embargo la cinta ha caído en un truco cuyo móvil es la diversión o una suerte de distracción caleidoscópica: su preludio es un tráiler engañoso, así que del genio que la contempla dependerá atribuirle virtud a su juego de espejos o abandonar la sala de cine con ánimo de quien regala otra función al olvido.

 

24.12.14



Brianda Pineda


@brryanda

Xalapa, 1991. Licenciada en Lengua y Literatura Hispánicas por la Universidad Veracruzana. Ganadora en dos ocasiones del Premio Nacional al Estudiante Universitario Carlos Fuentes. Ha publicado reseñas y artículos en La Palabra y el Hombre y reseÃ....ver perfil

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