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Tres décadas sin Luis BuƱuel
por Mr. FILME

La maƱana del 30 de julio de 1983, en que varios periódicos de la Ciudad de México anunciaban la muerte de Luis BuƱuel, el desfile de odas y adjetivos no cesó, no obstante la amargura y melancolía que circundó el aislamiento del cineasta en sus últimos aƱos, según Jorge Ayala Blanco. Hasta Emilio el Indio Fenández, famoso por renegar de la presencia de ā€œdirectores extranjerosā€ en México ā€œllorabaā€, a su modo, por el deceso del aragonés que sintió el auténtico último suspiro en su casa de la calle Providencia (hoy Cerrada de Félix Cuevas 27, sede de la Casa BuƱuel).

Despacho de BuƱuel en México. Nótese el detalle del Sagrado Corazón al fondo.

El Indio dijo que tanto él mismo como BuƱuel sintieron el llamado de convertir al cine en un vehículo que transportara a los espectadores hacia la pasión por el séptimo arte (La Jornada, 30 de julio, 1983), y Alberto Isaac, entonces director del Instituto Mexicano de Cinematografía y gran compaƱero de juergas de BuƱuel, se pronunció en pos de su generación, para la cual el realizador de Los olvidados (1950) fue ā€œuna especie de guía, modelo y alto ejemplo de integridad artísticaā€ (ibidem) y sesgadamente confirmó que podía producir el último guión en el que trabajó don Luis antes de su muerte, del que queda rastro en un documental, titulado literalmente El último guión: BuƱuel en la memoria (2008) de Javier Espada ā€“hoy curador de exposiciones de Casa BuƱuelā€“ que se estrenará en México el próximo 31 de julio en la sala José Revueltas de la Filmoteca de la UNAM, como parte de la conmemoración por los 30 aƱos de caído de uno de los cineastas más reconocidos del mundo.

Casa BuƱuel (y la embajada espaƱola en México, ambos anfitriones de esta conmemoración), Cineteca Nacional, Cineteca de Nuevo León, Filmoteca de la UNAM (y la Cátedra Ingmar Bergman) y el Festival Internacional de Cine de Guanajuato se unen para rendirle tributo a Luis BuƱuel con una serie actividades que ponen al día la vida y la obra de este director de cine.

Mientras que en Nuevo León y Guanajuato habrá exhibiciones especiales por el 60Āŗ aniversario del estreno de la película Él (1953), quizá el BuƱuel más hitchcockiano, y un par de conferencias (una de Jonás Trueba sobre cine de autor aplicado a la filmografía buƱuelesca y otra sobre surrealismo en las películas de Luis BuƱuel, a cargo de Francisco Gaytán), en Cineteca Nacional se prepara una función especial comentada por Nelson Carro del mismo filme que protagoniza Arturo de Córdoba en una de sus más contenidas actuaciones y que este aƱo, recordamos, celebra sus seis décadas de haberse estrenado.

Finalmente Filmoteca, que desde mayo ya había comenzado un ciclo ambicioso que exhibe todas las películas de la etapa mexicana del cineasta, continúa con el ciclo que llamó BuƱuel mexicano: 30 aƱos de su fallecimiento en julio y agosto en sus múltiples salas regadas por toda la Ciudad de México. Ahí podrá verse en copias de 35 mm La hija del engaƱo (1951), El bruto (1952), El río y la muerte (1954) y El gran calavera (1949), de la que recientemente Nosotros los Nobles (millonario Alazraki, 2013) toma su argumento, convirtiéndolo en un blockbuster.

El ciclo que presenta la UNAM, que en medio también estrena el mencionado documental de Espada y uno de Rafael Cortés (BuƱuel, 1984), es una muestra del Luis BuƱuel más afectado por una de las industrias que por esos aƱos de posguerra florecía. Él fue, en México, el realizador internacional más agobiado por las casas productoras mexicanas. No había firma en nuestro país que no apelara al ojo del maestro de Calanda que llegó, a decir de Ventura Pons (director catalán hoy homenajeado por Cinema Europa en Cineteca Nacional), a un ā€œexilio doradoā€ en una nación que abrió sus puertas a algunos representantes de lo mejor en las ciencias y en las artes que escaparon de una cruenta guerra en la península ibérica.

El mismo BuƱuel escribió en sus memorias, Mi último suspiro (1982), que no vivió, pese a lo que pareciera, su etapa más lúcida en los Estudios Churubusco, en las calles de la capital mexicana y en algunas rancherías cercanas al Distrito Federal, sin embargo es un período prolífico en su carrera a consideración de varios críticos que ven en esas películas (a veces, incluso, mal producidas) un punto de referencia en la historia del cine mexicano.

Este aniversario luctuoso puede ser una posibilidad para los espectadores no sólo de acercarse a una de las grandes figuras del cine, sino de poner en tela de juicio lo dicho por el director, que incluso confesó sentirse atrapado en una escalada burocrática interminable (cosa que se puede sentir en El ángel exterminador (1961) y Simón del desierto (1962), sus dos últimas producciones mexicanas), o lo analizado por otros, que, por ejemplo, ven en Nazarín (1959) o El ensayo de un crimen (1955) obras de arte perversamente perfectas.

Don Luis cargando su cruz (caminando a uno de los sets de La vía láctea, 1969)

Celebremos, pues, la muerte de un grande que quería volver, zombi, cada diez aƱos a hojear la prensa, a ver de qué se había perdido. Por nuestra parte, anunciamos que F.I.L.M.E. irá publicando a lo largo de los meses una apabullante colección de críticas a toda la filmografía de este director. Esperemos que sea del agrado del lector atentísimo.

11.07.13

Mr. FILME


@FilmeMagazine
La letra encarnada de la esencia de F.I.L.M.E., y en ocasiones, el capataz del consejo editorial.....ver perfil
Comentarios:
18.07.13
El cuchiflais dice:
El nombre de este artículo esta fusilado Āæno? Yo conozco un cineclub que hizo un ciclo con ese nombre este aƱo
comentarios.