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Contra el viento: Foro 33

En la playa ventisca

Esta sensible revisión de los estados de ánimo de la vista de una película franco-belga del Foro 33, nos convida a reconstruir el duelo de una familia en construcción.


por Verónica Ramírez

Basada en la novela homónima de Oliver Adam y dirigida por el otrora actor Jalil Lespert, en lo que es la entrega de su segundo largometraje (24 medidas, 2007), Contra el viento (2012) aborda el retrato masculino del abandono, pocas veces llevado al cine, con algunos frenos de ritmo, que quizás formen parte de la sensación interrumpida.

Discusión, Sophie (Audrey Tatou), rostros, Paul (BenoĆ®t Magimel), un cigarro, el horario del humo de la desesperación. Ella no llega y comienza la tensión, el enojo que se transforma con las horas en angustia, miedo de no saber a qué se debe su falta. Un aƱo sin ella, Paul intenta continuar, más dos grandes motivos lo obligan a no perderse, a no caer en las brasas del abandono: dos pequeƱos hijos (Hugo Fernández y Cassiopée Mayance, singulares actorcitos).

La propuesta de comenzar de nuevo, para olvidar lo inolvidable y recordar sin instantes: mudanza, cambio, adaptación. Como enfrentar a la renuncia de una vida que no volverá, cada uno lo hace a su manera: el hijo con la caja de memoria, fotografía para aƱorar la totalidad del pasado, casi táctil, seguro que su madre lo ama, dónde y cómo, lo ignora, pero permanece fiel a su significado. Un abrazo, un juego en el sillón que engalana las risas improvisadas del amor. Su hermana menor, lleva un vestido de su madre.

Paul, escritor de vocación, se transforma en maestro de manejo por omisión en el negocio de su hermano, y flirteará su hermetismo con la belleza de una joven aprendiz, miradas que terminan en la hierba sin cortar, apoyados en una cerca, el sonido del mar. La playa, la seducción, el contacto de un beso, el sexo y con éste, el arrepentimiento.

Pero no es suficiente, la mayor parte del tiempo las palabras de aliento son espinas sobre la herida, eso lo sabe quien calla en su molestia ambigua de una frase vacía que no comprende la dimensión del ser.

Una llamada, silencio, una tercera llamada, silencio. Ante el partido de futbol, frente al mar, arena, descanso en medio de la incertidumbre de la espera de una respuesta que puede no llegar. Las circunstancias son un juego donde no hay culpables

El amor de un padre no es suficiente, olor a cigarro, seco que se consume, otra llamada del silencio. Las acusaciones comienzan, y la aparición de un amigo creará la empatía apacible del anónimo apoyo. Dos hombres, dos padres. La vida se complica como un papalote, juegos en la arena, un rencor que no alcanza en el asiento, retrovisor de una clase de manejo.

Pintando la pared sobre el pasado, sobre los errores. Pintando a veces con colores, a veces en blanco, encuentro con el inicio, la respuesta redonda que todo lo encierra, todo lo une. La verdad golpea en la cara, y en los abrazos su confort. Música de las letras de un escritor que exorciza sus miedos, su dolor, a través el arte.


23.04.13

Veronica Ramirez


@vehuitz1
Realizadora, guionista lunar en el arte y oficio del movimiento.....ver perfil
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