Llega a la cartelera un sentido homenaje al Hitchcock más perverso (La sombra de una duda, 1943) de la mano de uno de los más desacralizantes e hiperviolentos autores del momento, una fórmula muy semejante al estudio que, en su momento, hiciera Lars von Trier en Dogville (2003), teniendo a Estados Unidos como un paradigma unívoco del mal.

por Eric Ortiz

Lazos perversos (Stoker, 2013) es una pieza clave en la filmografía de Park Chan-wook, su primera producción estadounidense, que alcanza una gran distribución en México, pero sobre todo la única hasta la fecha en la que no tiene crédito como escritor o guionista, y sin embargo alguien que comience a revisar la filmografía de este cineasta surcoreano desde esta película (por supuesto que habrá muchos) notará inmediatamente la voz de un autor, la belleza y perfección) de cada una de sus tomas, y su interés por explorar la violencia del ser humano.

“Lazos perversos con Nicole Kidman” no suena a nada de lo que el filme realmente ofrece, y vale la pena mencionar, para redondear el factor Kidman, que saliendo de la sala de cine escuché a una joven mujer decir “¡Está horrible!”. Tal vez una constante tensión sexual entre hija (Mia Wasikowska), madre (Kidman) y tío (Matthew Goode) no fue suficiente para captar la atención de esta chica; o tal vez esperaba algo más rápido, con más gore, al estilo de la nueva Posesión infernal (Evil Dead, Álvarez, 2013).

Lo que no tiene lógica para mí es el desprestigio a una escena 100% cinemática, con un simbolismo simple y bastante hermoso: el padre de la protagonista, India Stoker (Wasikowska), le ha regalado en todos sus cumpleaños unos zapatos (vemos cómo los zapatos van cambiando de tamaño hasta llegar al primer regalo que India recibió). Es imposible, e inútil, tratar de explicar una secuencia así, lo único que debe quedar claro es que Lazos perversos es para disfrutarse en la pantalla grande.

El escritor de la cinta es Wentworth Miller, famoso por actuar en Prison Break (2005-2009), y sin duda merece también un gran reconocimiento. Hitchcock es la influencia obvia. Todo comienza con una muerte que podría haber sido asesinato, y con la llegada de un familiar, el tío bastante misterioso. Cuando armamos toda la historia en nuestra cabeza es un brillante relato de horror puro, violento, que hace énfasis en una maldad que casi viene en los genes de una persona.

Pero a pesar del gran guión es imposible que otro director hubiese hecho algo similar a lo que consiguió Chan-wook: en un momento dado, y luego de dejarnos claro que India y su padre pasaban mucho tiempo juntos de cacería, se nos muestra una escena con estos personajes haciendo lo propio en una cacería sin mostrarnos ningún desenlace de ello. Y mientras otro director nos hubiese mostrado todo, un simple flashback para ver qué hacía India con su padre, Chan-wook, por el contrario, entiende a la perfección la importancia que la cacería tiene para el desarrollo del personaje de Stoker, entiende la conexión con su presente, y ciertamente se interesa por explorar los recursos únicos del cine. Park confirma ser un maestro del lenguaje cinematográfico y este título, hoy en cartelera, es un vil prueba de ello.

08.04.13