Argentina en FICUNAM. 1 de 3
por Praxedis Razo
Obviamente también se pueden construir pequeños y personales ciclos dentro del gran ciclo de ciclos que es FICUNAM, una alternativa adentro de la estridente (cfr. cineminuto que saluda todas las películas) y plácida alternativa que representa el festival este año, casi un pulmón en medio de la cartelera comercial. Yo, por ejemplo, decidí comenzar a explorar lo que de la patria Argentina se programó, y en dos días conseguí redondear mi muestra específica.
¿Feliz? y luminosa película que asfixia de brevedad fulminante.
¿Feliz? porque recuerda la naturalidad de las mejores comedias románticas de enredos pero muy pronto revienta como globito angosto que se fue llenando hasta ser demasiado contenido. De la mano del espíritu de la Noche de Reyes de Shakespeare, un grupo de febriles actrices presenta un álgido fragmento de esta obra que será una especie de karma durante la primera media hora para la película, creando una entrañable secuencia cachonda de amor entre mujeres presas de su pequeño círculo vanal y/o intelectual que demuestra lo bonito que se está revolcado en las emociones de los enamorados.
Luminosa porque siempre irradia. Hasta cuando llueve y permanecemos dentro de un auto sin que medie lógica aparente entre los personajes, y es lo que se disfruta y es lo que sorprende. Tanta luz en interiores y en exteriores acusa la franqueza con la que esta producción de Matías Piñeiro, en donde mandan las actrices exclusivamente, se impone plena de ideas sobre las cuestiones sentimentales de las mujeres.
Que asfixia porque todo se plantea desde el close-up y planos que no dejan sentir lo que hay en la profundidad de campo, que por otro lado no importa, porque los rostros de las mujeres que eligió Piñeiro son, con sus surcos de expresividad y su natural brillo y maquillaje casi autogestivo, son elocuentes acompañantes del poder del diálogo para este film.
De brevedad porque apenas se asoma el motivo de la coquetería liberadora y libertina que nos reúne en la sala cuando las miradas y los personajes siempre sugeridos que se encuentran y desencuentran a lo largo de una jornada pirata laboral de Viola, aparecen los créditos de discusión entre pareja en dulcísimo tono musical contenido. A lo largo del filme no habrá más de nueve actos condensadísimos que cual reloj virtuoso nos colocan en la mejor asamblea de mujeres avispas que se devoran desde la representación de su linda amistad sofocante.
Fulminante porque la aparente frívola pasión de las chavas que intentan descifrarse una a otra y con el otro cuestiona un contexto amoenus de una vida artística por un lado (las actrices desde donde parte el filme), y una vida atávica aunque despreocupada (Viola), en las que su presencia, la presencia de lo femenino, desde un misterioso y gran espejo del renacentismo, es el motor que lo mueve todo.
24.02.13