El documental no es un género que tenga demanda por parte del público. A diferencia de la ficción, el documentalista ofrece desde el fondo de su postura, yo diría de su fe, un trozo de vida y verdad. Transparente, auténtico, utiliza el contexto y nos invita a observar la realidad con otros ojos, otras texturas; nos acerca a escenarios y nos humaniza poderosamente.

No es de extrañarse que el director y cine-fotógrafo mexicano (premiado con el Ariel por su trabajo detrás de la cámara en Backyard, el traspatio, 2010) Everardo González siga cosechando reconocimientos en el género documental. Tal vez recuerden su documental La canción del pulque (Ariel al Mejor largometraje documental, 2004), o estén más familiarizados con Los ladrones viejos (Ariel por Mejor largometraje documental, 2008).

Cuates de Australia (2012) de González se alzó con el premio a Mejor documental en el Festival de Cine de Los Angeles este fin de semana. El jurado puntualizó que este filme "se convierte en una parábola universal y un presagio alarmante... Un retrato poético de una comunidad al borde de la extinción.

Cuates de Australia cuenta con un escenario árido en la vida de una comunidad ganadera, como eslabón entre la poesía y la realidad. La mirada de Everardo González no sólo cuenta con este galardón como uno más, sino también con el fuerte orgullo de preservar el tiempo en la memoria.

En F.I.L.M.E. nos llena de orgullo el gran premio que hoy se lleva nuestro paisano, salido de una generacion de no pocos documentalistas impresionantes.

¡Felicidades, Everardo González!

25.06.12