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Berlinale 70. Competencia: El prófugo y Rizi

Por Cuauhtémoc Pérez Medrano

El prófugo

Con uno de los preludios fílmicos más largos para un filme de 93 minutos, Natalia Meta propone una película no apta para sordos, no apta para cegueras ortodoxas. La película es un thriller y es una drama, mantiene tensa el hilo del suspenso como lo aligera con plano secuencias entrañables. El filme no es apto tampoco ni para ojos maniqueos ni para dicotomías.

El prófugo, entrecruza los umbrales de la imagen y el sonido para generar una potente atmósfera del misterio. La extraordinaria  y potente Erica Rivas (“La novia” en Relatos Salvajes 2017), interpreta a Inés, una mujer que tras vivir una tragedia durante un viaje de pareja en Cancún vive en estado emocional particular, que le hace confundir lo real y con lo imaginario. A través de los sentidos de Inés nos sumergimos de lleno por un extraordinario trabajo de sonido.

El filme está inspirado en “El mal manor”, novela de culto cuasi gore del escritor argentino C.E. Felling. Por eso la historia subraya temática y estilísticamente “el papel ontológico del sonido”,  combinando intereses filosóficos y por supuesto fílmicos, como la misma Meta ha dicho. La originalidad de la película recae en lo multifacético del filme. El transito del suspenso, a otros ambientes oníricos, o románticos, hasta algunas salpicadas de un humor espontáneo.

La película problematiza las rígidas definiciones sean de género, fílmica y socialmente hablando. El prófugo es una propuesta de debate que contrapone los verdaderos límites de percepción, sea del mal, del bien o de la verdad misma, que se alimenta de la paradoja y la imaginación. Lo que enferma es parte del antídoto.  

 

Rizi/Days/Días

„La falta de subtitulado es intencional“ es la advertencia que nos introduce, con una ironía quizá involuntaria, de lleno a la poética de Tsia Ming Lang. Ya que desde hace mucho tiempo, el director de origen chino-malasio y representante de, la así llamada „Segunda ola“ de cine taiwanés, ha prescindido del uso de diálogos, interpolando exponencialmente las virtudes de los sonidos ambiente no sólo para crear atmosferas sino incluso historias tan nítidas y como potentes en visualidad, que noquea a cualquiera.  Como en Journey to the West (2015),Tsia Ming Lang, en Rizi/Days (Días) hace dialogar a las imágenes, hilvanando sensaciones a cargo del accionar casi en silencio de sus personajes con la historia que se va develando con una parsimonia casi natural. Tiempo e imagen, son elementos que para los ojos acostumbrados a otras velocidades llegan a desesperar o cansar.

Acostumbrados a los planos fijos y desde las primeras secuencias Days se van alternando las historias, al parecer inconexas entre dos personajes, un hombre con dolencias de cuello, y las actividades cotidianas de un hombre joven. Lo que parecería sin sentido, para los ojos poco pacientes, es una armoniosa muestra de trabajo de edición y montaje que permite inyectar de sentimiento a los personajes y dosificar los sonidos de la lluvia, agua hirviendo, autos, tratamientos terapéuticos, preparación de alimentos, mercados, calles, cuartos de hotel, etc. Todo eso crea un bello archivo de emociones que acoplando dos distintos mundos de los dos protagonistas, para desembocar en un drama. Nunca una melodía de una caja de música cobro tanto significado, cuando se escucha en una ruidosa avenida, aun más cuando se trata de “Limelight” (Candilejas). El amor cura, pero también puede dejar endeble.

  

01.03.2020

 

Cuauhtemoc Perez Medrano


Comenzó su doctorado en Suiza y lo terminó en Alemania, en la universidad de Potsdam. En el entretanto ha vivido en Suiza, Holanda, Francia, Portugal, Alemania, Italia y Malta. Ha trabajado como mesero, botarga, tablajero, conductor de tren, vendedor de créditos, plomero, jardinero, profesor de español, cocinero, b....ver perfil
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