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Stranger Sounds

El universo auditivo de Stranger Things

por Eduardo VC

 

La programación de Netflix tiene un tremendo impacto en la popularización de tendencias, influye en lo que los consumidores de entretenimiento están buscando. Un claro ejemplo es la repentina resurgencia de música amante del sonido retro/nostálgico (aquella de los sintetizadores análogos) gracias al inesperado e impresionante éxito que tiene la primera temporada de Stranger Things (hermanos Duffer, 2016)

Con gran influencia de películas cuyos compositores han visitado el genero electrónico –llámese Cliff Martinez (Drive, 2011) o Trent Reznor & Atticus Ross (Red social, 2010)–, los directores Matt y Ross Duffer, en su búsqueda por el ADN de personajes como Stephen King y John Carpenter, deciden explorar este tipo de producciones sonoras.

Sin mucha información de cómo encontraron a la agrupación, sabemos que los gemelos Duffer utilizan la pista “Dirge” del primer LP de la banda S U R V I V E (de la cual ya eran fanáticos) para sonorizar el avance con el que pitchearon la serie a Netflix y establecen la alianza con Kyle Dixon y Michael Stein, dos miembros de este cuarteto de sintetizadores análogos con base en Austin, Texas.

Haciendo a un lado las claras representaciones visuales y actorales para traer a nuestros días el contexto de un pequeño pueblo de Estados Unidos en los años 80, la constante recurrencia a conocidos temas de música pop de dicha década contribuye con una parte de la reconstrucción de la época, pero la esencia y el auténtico subconsciente emocional del programa se lo da un score lleno de sintetizadores con el que los compositores subrayan los momentos clave de la historia.

Más que una referencia al estilo auditivo de las películas de horror de los 80, Dixon y Stein hacen uso de los mismos instrumentos de la época, aplicados desde su propia perspectiva musical. Quizás es gracias a eso que el mood musical no se escucha sobre-enfatizado al grado de parecer un cliché; al fin y al cabo, ellos ya se dedicaban a usar estos instrumentos en su banda por gusto propio.

A causa de que los compositores Kyle Dixon y Michael Stein utilicen instrumentos análogos, rebosantes de cables y perillas, la grabación de la música siempre tuvo que ser en vivo (al contrario de los instrumentos digitales modernos, cuyos pasajes pueden ser revisitados y alterados con un simple clic y drag del mouse). Como consecuencia, esto presentó todo un reto para el departamento de sonido de Stranger Things en la etapa de edición.

Integrado por los ingenieros en mezcla Adam Jenkins y Joe Barnett, el Diseñador Sonoro Craig Henighan y el editor de sonido Brad North, todo el equipo de audio se dedica realizar las tareas estándares para una serie (limpiar diálogos, transiciones entre escenas, etcétera), pero hay una labor más importante: contribuir en la tarea de integrar el ambiente "american dream" del pueblo de Indiana representado en Stranger Things con la viscosa y asfixiante dimensión a la que los personajes llaman Upside Down.

"Es el mismo mundo que habitamos ahora, pero está en decadencia", es la descripción inicial que recibieron por parte de los directores. Lo que logra el equipo de sonido es un mundo donde nada se escucha normal, todo está procesado para dar esa sensación extra-dimensional que acecha al espectador cada vez que un personaje se ve arrastrado a ella. Los sonidos empiezan con una grabación normal (crujir de ramas, viento silbando entre los arboles) y luego se procesa de manera que al estar en ese ambiente, no solo se ve como otro mundo, sino que suena a otro mundo. 

La serie hace guiño a las técnicas de suspenso del thriller clásico, por ejemplo tenemos la  distinguible presencia sonora del monstruo sin ser visto (Tiburón, 1975). También se utiliza el sistema Surround (5.1) de manera integral, no solo para envolver a la audiencia con música y atmósferas, sino para ampliar el impacto de la inmersión, es decir, de aquel momento en el que sabes que el monstruo se encuentra ahí pero no lo ves. A veces la imagen muestra solo un súbito movimiento fuera de foco de algo en el bosque y no hay nada específico a excepción del sonido que le indica al oído (y de cierta manera al ojo) dónde está el peligro.

Es indudable que el soundscape  (i.e. la colección de sonidos que construyen el mundo sonoro) de la serie fue un trabajo artesanal, llegando al extremo de darle un sonido característico y con diferencia tonal a cada foquito que se enciende y apaga, indicando la presencia de un personaje invisible en una casa atiborrada de luces navideñas.

Los hermanos Duffer abordan a los departamentos sonoros tempranamente, antes de grabar las escenas e incluso utilizando un demo musical durante el casting de actores. Los creadores de Stranger Things llegaron al diseño sonoro con una idea definida de los tipos de ruidos que querían, algo inusual para la industria. Normalmente un director preparado puede llegar con una idea musical para las escenas pero ellos incluso incluyen  onomatopeyas en su guión (i.e. BOING, BANG, STING).

En definitiva, el mundo aural de Stranger Things atrapa y llega directamente a nuestro subconsciente, aferrándose a nuestro canal tanto emocional como nostálgico. Es un trabajo en equipo, resultado de una estrecha colaboración entre música y diseño sonoro, cuyos integrantes coinciden en reconocer su inusual involucramiento temprano en el proyecto. Cuando veas la serie, recuerda subir el volumen.

 

03.09.16

Mr. FILME


@FilmeMagazine
La letra encarnada de la esencia de F.I.L.M.E., y en ocasiones, el capataz del consejo editorial.....ver perfil
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