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Las trenzas de Chachita

por Guadalupe Cortés y Elías Razo

 

Niña prodigio, a los cuatro años de edad realiza actividades difíciles de creer, que llegan a oídos de Joselito Rodríguez, productor cinematográfico, quien va hasta Orizaba, Veracruz, y confirma lo que se dice: Evita Muñoz es la niña actriz que ha estado buscado. La trae a la Ciudad de México para filmar la primera película de ambos, El secreto del sacerdote, en 1940. A partir de entonces realiza 13 películas continuas que abarcan toda su infancia, siendo hasta el momento la única niña actriz que ha ocupado un lugar estelar en tal número de filmes dentro del cine nacional.

A principios de los años cuarenta, los hermanos Rodríguez (Roberto, Joselito e Ismael), conforman su productora y se lanzan en busca de prototipos cinematográficos. De esta manera dieron vida al género de la niña precoz, con gran capacidad melodramática, que conseguía provocar entre el público la movilización de los sentimientos y lograban aflorar la lágrima entre los espectadores.

Cuando contaba con cinco años de edad, ya instalada junto con sus padres en pleno centro de la ciudad, acude entusiasta a las funciones de teatro de revista, no como  espectadora, sino como aprendiz que se deleitaba con las actuaciones de las actrices ya consagradas.

Evita Muñoz alternó con primeras figuras de la actuación desde su inicio en el cine nacional: Pedro Armendáriz y Arturo de Córdoba son sus padrinos de actuación en El secreto del sacerdote. En su segunda cinta, Ay, Jalisco no te rajes, filmada en 1941, participa al lado de Jorge Negrete y Gloria Marín, y ahí le es dado el sobrenombre de Chachita, con el que se le conoció desde entonces.

Después de La hija del payaso, en 1945, cuando contaba sólo con 9 años de edad, inició una gira continental, provocando tumultos en los lugares en donde presentaba con sus películas. En Chile se aprovechó su estancia y filmó la cinta Yo vendo unos ojos negros, dirigida por Joselito Rodríguez en 1947. Ya para entonces ella no podía llevar una vida escolar normal.

Ese mismo año, Ismael Rodríguez escribe lo que originalmente era un musical de una historia costumbrista sobre los barrios populares de la Ciudad de México, Nosotros los pobres. El argumento gira en torno de una niña que abandonada por su madre, es adoptada por el hermano de ésta, un carpintero, trabajador y carismático, que se ve imposibilitado a contraer matrimonio, pues la niña no permite que se falte a la memoria de su madre idealizada por el mismo carpintero. El argumento fue creado para otra actuación estelar de Chachita y para el papel del carpintero se contempló a David Silva, pero ante la imposición de la música fue otorgado a Pedro Infante.

La gran capacidad histriónica que ya venía mostrando Chachita llega a su clímax expresivo en escenas en las que comparte calidad dramática con la actuación de Pedro Infante, que redescubre a partir de este filme sus posibilidades en el melodrama. Baste recordar cuando en un Día de muertos, Chachita se entera que su madre no está enterrada en la tumba en donde siempre ha rezado.

Debido al éxito taquillero alcanzado por Nosotros los pobres, hasta entonces el más grande en la historia de la cinematografía nacional, se preparó inmediatamente la continuación de ésta, Ustedes los ricos, en 1948, con los mismos personajes, en donde se distingue la evolución natural de Chachita, que pasa de niña a adolescente. La trama central se desarrolla en torno a la posición contrastante entre ricos y pobres, y Chachita toma un papel central al ser quien logre la unión de estos polos sociales a través de la “bondad” de los pobres y la “soledad” de los ricos.

La conclusión de esta serie se dio con Pepe el Toro, en 1952, cinco años después de haberse iniciado la trilogía de Ismael Rodríguez. Para este tiempo Evita Muñoz Chachita contaba ya con 16 años, muy lejos había quedado la etapa de niña precoz para convertirse ya en una adolescente que olvida el papel melodramático y también la exclusividad cinematográfica con los hermanos Rodríguez.

Chachita hizo pareja con otra niña actriz de gran carisma, y que también fue un “descubrimiento” de los hermanos Rodríguez, María Eugenia Llamas La Tucita, en un par de películas de Roberto Rodríguez, El Cristo de mi cabecera y Las dos huerfanitas, ambas de 1950. Los hermanos Rodríguez pensaban trasladar la herencia de niña actriz que ocupó Chachita, pero con Tucita se frustró esta posibilidad.

Cuando Chachita da el salto a la adolescencia en Ustedes los ricos surge el que sería su pareja cinematográfica de siempre, Freddy Fernández, en la cinta apodado El Ata, el atarantado, que se deja atropellar para obtener una recompensa y juntar dinero para su casamiento con la Chachita de Pepe el Toro. Freddy Fernández El Pichi, y Evita Muñoz Chachita, conformaron una pareja  que trascendió el cine, el teatro y la televisión.

Con una trayectoria de más de 60 años en el ámbito de la actuación, el cine mexicano vio crecer a Chachita, con más de 25 películas, la mitad de ellas en papeles estelares; tres Diosas de Plata; además del Premio Nacional de Teatro, Cine y Televisión, por ser la mejor actriz de 1973.  En 1990 se llevó a cabo el homenaje por sus cincuenta años de vida dedicados al mundo del espectáculo que se inició sólo cuatro años después de su nacimiento.

 

25.08.16

Elías Razo Hidalgo


Periodista de alma que se quedó sin periódico. Atlista aunque gane su equipo. Profesor de la Facultad de Filosofía y Letras desde hace ya 35 años, hoy se divierte en el inframundo de los infomerciales. Miembro emérito del cineclub "José Revueltas" de Ciencias Políticas y Sociales, hoy paga tributo al escritor al....ver perfil
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