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Salve, César!

 

 

por Viridiana Martínez Marín

Si pudiera hacerse una selección de filmes que han despotricado directa e indirectamente contra el método star system de Hollywood realizados por los que han trabajado cercanos o desde él, habría que partir de  Life and Death of 9413 a Hollywood Extra (Robert Florey y Slavko Vorkapich, 1928) pasando por Sunset Boulevard (Billy Wilder, 1950) y hasta 2015 cerrarse con ¡Salvé César! De Joel e Ethan Coen.

Situada en el Hollywood de la década de los 50, plena época dorada de la industria y bajo el régimen anticomunista del macartismo, se filma una película épica de gran inversión para los estudios Capitol; es la historia de los soldados romanos en la víspera en que Jesucristo será enjuiciado. El conflicto surge cuando la estrella principal Baird Whitlock (George Clooney) es raptado y entra en acción Eddie Mannix (Josh Brolin), personaje inspirado en el productor ejecutivo de la MGM. Se trata pues de un mediador entre las actividades del negocio y la vida que llevan los actores bajo un riguroso contrato de trabajo con clausulas fariseas.

Pronto llegan las condiciones monetarias del secuestro de Whitlock, Mannix consigue el dinero y lo paga sin problema alguno. En el transcurso de esta peripecia se le aparecen a  coro dos reporteras gemelas que le persiguen todo el tiempo (Tilda Swinton), el novato Hobie Doyle (Alden Ehrenreich) una estrella naciente proveniente del western, Anna Moran (Scarlett Johansson) uno de los principales rostros femeninos del estudios embarazada fuera del matrimonio, y las múltiples filmaciones de cintas que al unísono tiempo se hacían, como en la escena que hace referente al clásico hollywoodenses On the Town de Stanley Donen, y Gene Kelly en 1949. Mannix tendrá que verse a sí mismo inmiscuido en una trama detectivesca tal como si se tratase de una película más del estudio, puesta en escena en abismo, todo para solucionar el enredo del secuestro.

La película está llena de bromas sutiles y referencias que los Cohen hacen a la historia del cine, por ejemplo, el acto que Hobie Doyle realiza cuando va a cenar con otra actriz y juega con su spaghetti a hacer un lazo vaquero que maniobra ( Spaguetti Western).

Sin embargo, bajo este tono humorístico los directores nos plantean dos puntos, el primero la persecución macartista de la lista negra en hollywood, siendo Estados Unidos un país ceñido por este evento cuya vigencia vuelve a verse presente en el candidato por el partido republicano Donald Trump, y el segundo la constitución de la industria como una fábrica fordista que manufactura productos de entretenimiento con plus-valor (publicidad, estándares de belleza, aspiracionales, etcétera, etcétera, etcétera), antes de que la televisión tomara este papel.

La atribución del término fordista al modelo de producción en cadena puede aplicársele a Hollywood. La supremacía de los filmes estadounidenses se ve después de los primeros diez años de la primera guerra mundial, Hollywood le sirvió al orden capitalista como instauración de nuevos estándares de consumo y como exportación de la visión estadounidense de las nuevas formas de vida bajo el capitalismo usando el star system como método que a lo largo del tiempo ha ido acomodando sus códigos según el tipo de mercado y demanda de la sociedad. Como explica Georges Sadoul ‘‘Pasando el periodo heroico, durante el cual se edificó Hollywood, los financieros de Wall Street, verdaderos dueños de estos monopolios, se dedicaron a racionalizar el star system. Mientras sus películas hagan dinero, las estrellas de Hollywood continuarán recibiendo cada año sumas considerables (varios cientos de miles de dólares).’’ - millones ahora -¡Salve César! es una película donde los Coen representan la fabricación y explotación de un instrumento de la industria como lo son los actores bajo la línea de producción de Hollywood.

16.05.2016

 

Viridiana Marín


Socióloga, autodidacta del estudio del arte, investigadora concentrada en el campo cinematográfico, particularmente del cine mexicano, sus géneros, autores, estilos, estéticas y su devenir contemporáneo. Fan de Joaquín Pardavé.....ver perfil
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