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Ambulante 2016: Corazón de perro

por Carlos Rgó

 

Laurie Anderson, directora de la película Corazón de perro (Heart of a Dog, 2015), es una artista multifacética: compositora, poeta, fotógrafa, cineasta, cantante, instrumentista, artista plástica... En el año 2002 la nombraron la primera artista residente de la NASA, periodo en el que realizó "The End of the Moon", que describió como una pieza que combinaba historias, canciones y música para retratar a la cultura norteamericana. El concierto Home of the Brave (1986) es su primer filme detrás de la cámara. Ligada con el performance multimedia y la música experimental y electrónica, también participó como la voz narradora en el documental Andy Warhol: A Documentary Film (2006) de la serie American Masters. Heart of a Dog es su segunda película, y un documental sobre la reflexión que aventura las formas creativas de la imagen para hablar de la muerte. 

Los fosfenos son manchas luminosas que aparecen en ausencia de estímulos visuales para la retina, se corresponden con las llamadas “imágenes de persistencia retiniana, imágenes de remanencia, o postimágenes”. Los fosfenos constituyen un método de análisis sobre el cerebro y abarcan incluso un área del desarrollo personal, ligado a la memoria, a la atención, a la inteligencia o a la creatividad, en muchos casos, sus colores y sus formas son tan variadas como la manera de hacerles aparecer: de forma espontánea al presionar los globos oculares, en una exaltación brusca de estados patológicos o con algunas drogas. Los fosfenos son una de las herramientas que utiliza Laurie Anderson para reflexionar sobre la muerte de “Lolabelle”, su mascota: ¿Qué vemos cuando un ser amado se ha ido, cómo cambia nuestra percepción de la vida? Para narrar sus inquietudes y proveerlas de una multitud de imágenes, de forma general y sucinta, se ayuda de citas de Wittgenstein o Kierkegaard para encontrar un punto de divagación filosófica nada pretencioso ni sobreintelectualizado, así, aterriza su ensayo visual en un tono honesto, al iniciar el peregrinaje sobre las sensaciones y las narraciones que la muerte le invita a construir, no sin un sentido del humor que caracteriza su obra artística.

En uno de los momentos más cómicos, Laurie nos describe cómo su mascota perdió la vista y, con ayuda de un entrenador, empieza a dibujar pinturas abstractas y a tocar un piano, para finalmente dar un concierto con otros perros. El amor en su mascota es inconfundible, y sin ir muy lejos en un universo de imágenes dedicadas a Lolabelle, cita a David Foster Wallace: "Toda historia de amor es una historia de fantasmas”. Heart of a Dog es un documental de y sobre fantasmas, además de un trabajo de archivo concerniente a la memoria.

La voz de Laurie guía para reflexionar sobre la muerte de su mascota, al mismo tiempo, y en modo de confesión, la muerte de su madre e indirectamente la muerte de su esposo: Lou Reed. Pintado entre un planeta de arena, aparece Lou Reed, imperceptible y sólo acompañado de la sombra del cuerpo de Laurie, tan personal como la fuerza expresiva que se abandona entre el montaje de imágenes. Éstas acompañan al espectador durante el documental de sus reflexiones y están hechas de collages, Patchwork, patrones de luz y errores gráficos, imágenes de archivo, animaciones y dibujos de la artista. Expresión lúdica sobre la muerte a través de la práctica artística, en un todo orgánico y sin jerarquías. Ningún instante de la vida resalta de manera más dramática que la muerte, cuyo análisis rompe la diferencia genérica entre biografía y ficción, entre la restricción del biógrafo y la libertad del artista. Puesto que allí es donde la ficción logra representar una experiencia que no puede transmitirse por medio del discurso natural, Laurie explora con absoluta libertad en ese territorio vedado a los vivos, para comunicarnos aquello que concierne a la muerte a través del duelo.

Los parámetros para medir este ensayo visual son el sueño intimista de la pérdida de los seres amados: su perro, su madre y su esposo. La canción “Turning Time Around” de Lou Reed suena en alguna parte del documental, el libro de Mijaíl Bulgákov que lleva el mismo nombre que la película, pueden atribuirle múltiples lecturas a la película de Laurie. Un material audiovisual que explora cada rincón de Manhattan y del interior de la artista para encontrar respuestas acerca de fantasmas, memoria y muerte.

 

11.04.16

Carlos Rgo


@Rgock

Con estudios en Letras Hispánicas y Filosofía, se interesa por las artes plásticas y el cine. Actualmente escribe una tesis sobre literatura mexicana del siglo XX y cursa un seminario sobre teoría y crítica para abordar la imagen y las prácticas fotográficas.

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