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Berlinale 66. Panorama de Panorama

por Cuauhtémoc Pérez-Medrano

 

Panorama brasileño

Anna Muylaert generó gran expectación entre el público, ya que el años pasado con Que horas ela volta? (2015), fue ganadora el Premio del público de la sección Panorama. En su nuevo largometraje Mâe sí há uma (Madre sólo hay una) logró cautivar a ratos nuevamente al público berlinés. La historia de la película se basa en un hecho real, el caso de “Pedrinho”, un joven adolescente de Río de Janeiro, quien después de 17 años se entera de que su madre no es su madre, sino que fue robado al nacer.

El filme está hecho para presentar ficcionalmente a Pierre, quien después de cumplir 17 años se entera de su origen y su verdadero nombre, Felipe, y sitúa la problemática tanto en el asunto del reencuentro con sus verdaderos padres, su verdadero hermano y su verdadera familia, y su propia búsqueda de identidad del personaje. La madre que robó a Pierre va a la cárcel, mientras se descubre que además también su hermana menor fue robada, su primera familia se ve deshecha, debe integrarse a su nueva familia.

Aunque la película se podría catalogar como un drama, existe una constante ligereza en los modos de contarla, pues no hay una profundidad en todos las factores dramáticos del caso: las razones del robo, el pasado de Pierre, el conflicto entre verdadera madre y la madre impostora. La historia se nos cuenta con cierto matiz light por medio de los conflictos de identidad y sexualidad del adolescente Pierre/Felipinho. La película logra hacer conexión con el espectador, sin embargo en ocasiones se percibe cierto exceso de secuencias que no aportan mucho a la historia.

Por otro lado, Curumin, película documental de Marcos Prado, cuenta la historia de Marcos “Curumin” Archer. Un brasileño que permaneció durante 12 años en las celdas de Indonesia esperando la fecha para cumplir su pena de muerte por el crimen de narcotráfico, según las leyes musulmanas de aquel país. Así conocemos la historia de Marcos y los intentos de modificar su sentencia. Las secuencias que vemos fueron en su mayoría grabadas dentro de la cárcel por el mismo “Curumin”, quien le pidió a su amigo Marcos Prado realizar este documental, con la seguridad de poder cambiar ese fatídico destino.

A través del montaje de entrevistas a distintos personajes, amigos, familiares, cartas, conversaciones telefónicas vamos conociendo la personalidad aligerada de “Curumin”, que dista mucho de la idea del mafioso sanguinario, además conocemos las inconsistencias de su proceso judicial. Así se pone en tela de juicio la verdadera responsabilidad de un pequeño narcotraficante frente al global comercio de estupefacientes y la “rigidez” de la sistema penitenciario y político en un país como Indonesia, en donde es posible meter una cámara para que se grave un documental, es posible tener ciertos lujos dentro de la cárcel, pero se mata por el hecho de traficar con 15 kilos de cocaína, una droga que además de ser cara, es consumida principalmente por el turismo extranjero en aquel país. El documental humaniza al personaje de tal manera que logra simpatizar con el espectador, por ello la recreación de su inevitable fusilamiento excede los niveles del dramatismo, además de avivar el debate sobre la responsabilidad del narcotráfico y la corrupción a niveles globales.

 

Sufat Chol (Tormenta de arena)

De difícil acceso son las culturas árabes, no sólo por su lengua, sino por toda una cosmovisión y pluralidad que nos exige entendimiento inacabado. Acercarnos a estas culturas nos hace poner en tela de juicio ciertas tradiciones que comienzan a ser debatidas en la confrontación generacional entre sus participantes.

La ficción Sufat Chol (Tormenta de arena), de la joven directora israelí Elite Zexer nos presenta un ejemplo de ello. Las nubes comienzan a aglutinarse para una familia beduina que vive en las afueras de la ciudad justo después de la segunda boda del padre de la familia. La primera esposa entra en un estrés que hace notorio su descontento con esa tradición sin embargo no puede hacer nada más sino aceptarlo.

La tormenta se declara cuando la madre descubre que la hija mayor está enamorada de un compañero de la escuela de distinta tribu. La hija busca rebelarse apoyándose en su padre, pero es justo en ese momento que se da cuenta que su padre no la apoyará, por el contrario le busca un marido en alguno de los jóvenes de su tribu, poniendo a la hija en un momento clave de decidir entre la familia o su individualidad.

El drama está bien manejado, la historia es concisa. Sin embargo, en ocasiones, esa problemática aunque busca poner en debate la necesidad de cambio de ciertas tradiciones, no puede escapar de ciertos estereotipos de género del mundo árabe. La importancia del filme es la centralidad en la visión de los personajes femeninos, abuela, madre, hijas pero sobre todo de directora del film, quienes hacen patente la necesidad de debate, no sólo en las culturas árabes, sino en la sociedad patriarcal en sí.

 

S one strane (En el otro lado)

El constante director y guionista croata Zrinko Ogresta presentó S one strane (En el otro lado), un drama que se centra en la historia de Vespa, una mujer que trabaja como enfermera a domicilio en Zagreb y que una mañana recibe una llamada de su esposo, 20 años después de haberse alejado.

Zarco es el padre de los dos hijos de Vespa, quienes intentan continuar su vida por haber tenido que cambiar el nombre pues huyen de su pasado en al Guerra de Bosnia. Zarco fue un oficial serbio implicado en la ejecución de muchas personas, y después de haber sido juzgado sigue siendo perseguido por los familiares de las víctimas y por los oficiales superiores, quienes tienen miedo que diga más de la cuenta.

El drama en sí está empotrado en una realidad contemporánea que constantemente se observó en el festival, los aún evidentes abusos, exterminios, genocidios, y secuelas de una de las últimas guerras del siglo XX. La película maneja de forma adecuada las contradicciones de cada uno de sus personajes, haciendo patente que el gran problema es la incapacidad de decir y ver lo que parece evidente. La verdad, en general, es una sugerencia que los personajes no dicen, y que el espectador tiene que armar y especular, ahí el desafío de esta historia.

 

25.02.16

Cuauhtemoc Perez Medrano


Comenzó su doctorado en Suiza y lo terminó en Alemania, en la universidad de Potsdam. En el entretanto ha vivido en Suiza, Holanda, Francia, Portugal, Alemania, Italia y Malta. Ha trabajado como mesero, botarga, tablajero, conductor de tren, vendedor de créditos, plomero, jardinero, profesor de español, cocinero, b....ver perfil
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