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Odiseas modernas

Por: Amado Cabrales

 

Llévate mis amores y El Paso fueron los corchetes de una jornada muy intensa de cine documental en el marco del CEME-DOC. La primera ha sido ganadora del premio del jurado por su retrato de la lucha y belleza de las patronas. El paso, por su parte, fue la proyección que dio final a las jornadas de charlas y debates en el CCEmx que contó con la presencia de Carmen Aristegui y el abogado Carlos Spector dentro del diálogo sobre los periodistas en exilio, tema central del documental de Everardo González, quien también estuvo presente.

 

LLevate… nos da un lado amable y esperanzador  acerca de la migración, en donde la técnica cinematográfica está al servicio de la generación de afectos, de una desbordada empatía que desdibuja la pantalla y nos lleva al otro lado, hacia la vida de las patronas, mujeres que entregan comida a los inmigrantes montados en la bestia.

 

A partir de una pregunta en tercera persona, el director detona una reflexión sobre quiénes son ellas mismas ante sus ojos: ¿quién es karina?  Para Karina ¿quién es Leonila? ¿quién es Teresa? Las patronas muestran la pasión de ayudar al ver la tragedia de los otros como propia, al ver en los migrantes el viacrucis y la labor de caridad que su fe les impone.

En El paso ya no es el mexicano quien recibe y ayuda, quien violenta e ignora, es ahora el que cruza, es ahora quien se exilia por el simple hecho de ser periodista, de ejercer la libre expresión en un país en donde esto se convierte en crimen y en un peligro para quien lo practica. Carlos Spector es el abogado de los que huyen de la violencia y buscan asilo político, es al igual que las patronas un haz de luz en medio de un oscuro túnel en donde se ven atrapados estos viajeros modernos en sus peripecias homéricas.

 

Es así que el CEME-DOC retrata dos fronteras, dos lados de una gran cantidad de aristas, dos puntos en donde nos damos cuenta que todos somos potenciales exiliados y migrantes sujetos a la persecución, a la perdida de la esperanza.

 

El  mañana no será posible si no “vemos” el presente. Es entonces que en el momento en el que en una sala llena de un publico conmocionado ante la violencia, que se ve conmovido gracias a la posibilidad del cine como medio de exposición de la otredad, es que se rompe la representación del cine. Y la sala ya no solo es un espacio de contemplación, lleno de espectadores, si no un ágora, un centro de reunión donde confluyen ciudadanos despiertos.

 

09.11.15

 

 

Amado Cabrales


@Amado4
Artista plástico, cinéfilo y estudioso del cine autodidacta, amante de toda expresión libre y consiente de la fuerza de la imagen, interesado en las formas y significados que encierra el uso de la información y el ocio.....ver perfil
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