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Lo que debe saber antes de ver Everest

 

por Alberto Contreras

 

Everest (Kórmakur, 2015), una de las películas más esperadas del año por el gremio de montañistas, está a punto de estrenarse. El tráiler promete más de lo que, en lo personal, me hubiera gustado. Crea grandes expectativas, espero no sea una desilusión, ya que existe muchísimo contenido sobre el suceso que expone. Aquí mismo repasaré algunos datos que tenemos que saber antes de ver esta obra.

Este filme ofrece mostrar en pantalla grande el resultado desnudo de una larga y precisa investigación sobre una de las más grandes y escalofriantes catástrofes que han sucedido en la historia de la exploración de la montaña. Entrevistas a los sobrevivientes, narraciones de los mismos, fotografías y más material documental fueron parte de esta gran investigación. Lo ocurrido el 10 de mayo de 1996 en la cordillera Himalaya, el Monte Everest, a  8,848 metros sobre el nivel del mar, el punto más alto de nuestro planeta, donde 15 montañistas perdieron la vida, un acontecimiento que entrañó debates interminables entre los sherpas sobrevivientes.

Noticias, publicaciones, videos, libros de este suceso inundaron los medios en la década del 90, pero resalta un documento, Into thin air. Esta obra, escrita por Jon Krakauer, periodista y montañista estadounidense y uno de los 26 miembros de la expedición Adventure consultants, liderada por Rob Hall aquel día de la tormenta de mayo, narra paso a paso lo experimentado en esta montaña. Fue publicado un año más tarde de los acontecimientos, después de una fuerte crítica por colegas montañistas que objetaron la caracterización de los hechos al no compartir los puntos de vista que sugirió como concomitantes del desastre en sus artículos expuestos en la revista Outside, y que se transformarían en el escandaloso libro que denuncia el gran numero de errores cometidos por los expedicionarios, acusando indirectamente a Anatoli Bukréyev de cinco muertes sucedidas en esa ocasión (debido, según él, a haber escalado sin oxígeno necesario, e, incluso, de no llevar la ropa adecuada para afrontar la cima).

Cabe mencionar que este libro inspiró la película dirigida por Sean Penn, Into the wild (2007), basada en la vida real de Christopher McCandless (otro gran personaje pero que sale del alcance de esta publicación). Pero no está por demás comentarles, la música está a cargo de Eddie Vedder, que hace de esta película una verdadera joya desde el ángulo en que le mires.

Otro de los antecedecentes clave de Everest es el escrito de Anatoli Bukréyev, uno de los mejores escaladores del mundo, con siete ascensiones a ochomiles sin ayuda de oxígeno suplementario, guía y uno de los 23 miembros de la expedición liderada por Scott Fischer la primavera del 96, denominada Mountain madness. Bukréyev, agredido por las publicaciones de Krakauer, puso en manos del escritor Gary Weston DeWalt sus diarios de expedición, notas personales y cartas. Éste se encargó de recopilar toda la información posible y reunirla en el libro denominado The Climb, que contraviene el texto de Jon Krakauer y otros escritos por otros tres supervivientes de aquel día. La acusación de Krakauer de no llevar ropa adecuada se desmontó simplemente aportando una foto de Bukréyev en la cima con uno de los clientes experimentados, Martin Adams. En el libro se narra que otro escalador se encontró a Krakauer totalmente exhausto y lo vio a punto de despeñarse en un tramo sin cuerda fija entre el Escalón de Hillary y la Cima Sur, incidente que Krakauer había omitido en su libro. Además, Krakauer había cometido una serie de errores claros, como confundir a Martin Adams con Andy Harris e informar al campo base que Harris se encontraba refugiado en uno de los campamentos de altura cuando no era así. Krakauer admitió todo ello y tuvo que rectificarlo en su libro.

Bukréyev, el gran alpinista ruso que ve la vida y la montaña de una forma totalmente diferente, hace un relato honesto, respetuoso, donde refleja su dolor por no haber sido capaz de salvar a más personas: un verdadero héroe, pues incluso Jon Krakauer, tras realizar varias críticas sobre circunstancias menores, reconoce que salvó de una muerte absolutamente segura a tres personas. En el invierno de 1997, Bukréyev estaba intentando ascender por la cara sur del Annapurna I  (8,078 m.s.n.m.) y fue alcanzado por una avalancha que lo desapareció. Fuera de esto, existe mucho contenido y una larga lista de montañistas que aportan algo relevante a la investigación, así como también grandes hazañas como las que realizaron los montañistas Rob Hall y Scott Fischer, quienes también pierden la vida en aquella inesperada tormenta.

Otra parte interesante sobre esa azotea de nuestro planeta es el panteón, los últimos 850 metros a la cima del Gigante es llamada “la zona de la muerte”, una región donde la aclimatación es imposible. El oxígeno no se puede reemplazar tan rápido como se consume y si no se utiliza máscara, el cuerpo se va degradando lentamente hasta el punto de no retorno. Desde que se accede a la zona de la muerte, el escalador está poniendo su vida en serio peligro, de forma que si se viene abajo por el mal de altura, congelaciones, roturas… y no puede moverse por sí mismo, es casi imposible efectuar ningún rescate. 

Hay que tener en cuenta que a esa altura, por cada paso que se da, un montañista experimentado puede necesitar realizar tres respiraciones, el corazón se acelera incluso en reposo para suministrar oxígeno con más frecuencia debido a su escasez. Por esta razón muchos cuerpos continúan en la cima del mundo, como un recordatorio del precio que tiene ese sueño, Por alguna razón, los cuerpos que quedan en el Everest no terminan cubiertos por la nieve, permaneciendo visibles durante décadas. Tal vez sea que los fuertes vientos de más de 90 km/hr limpian la nieve que cae sobre ellos antes de que llegue a cuajar, o puede que los colores oscuros de la ropa atraigan mejor la luz, ofreciendo suficiente calor como para que no cuaje. Estos cuerpos reciben sobrenombres por los montañistas y han servido como puntos de referencia, aunque se han realizado campañas para limpiar la zona con el afán de quitar la extraña sensación que se respira al cruzar esta tierra de muertos, un intento fallido de cubrir lo imposible.

En la actualidad, allá se encuentran los cuerpos de Beck Weathers y Tsewang Paljor, víctimas de la tormenta del 96. Weathers, de 49 años, fue un alpinista norteamericano que esperó en coma su muerte. Con sólo la cara y una mano al descubierto, permaneció hundido e inconsciente bajo la nieve más de 30 horas antes de que su cerebro inexplicablemente decidiera reaccionar. Paljor “botas verdes”, llamado así por el vistoso color fosforito del calzado que llevaba, fue un aguacil indio que pereció por el frío el 11 de mayo de 1996. Ascendía junto a otros compañeros a 450 metros de la cumbre cuando fueron sorprendidos por una fuerte ventisca. Seis miembros del equipo decidieron abortar mientras que Paljor siguió adelante con dos compañeros. Su cuerpo fue encontrado después postrado en la llamada “cueva de roca”. Sus restos se hicieron famosos porque todo el mundo que accede por la ruta sur, tenía que pasar al lado de él a menos de un metro.

Otro gran debate ha sido el uso de botellas de oxígeno para la ascensión. Algunos lo describen como antideportivo, pero concluyen que a la mayoría le sería imposible llegar a la cima sin su uso. El desastre del año 1996 intensificó el debate. El uso de oxígeno embotellado permitía intentar la ascensión a escaladores poco calificados, lo que conllevaba más muertes. El desastre de 1996 fue, en parte, causado por el gran número de escaladores que intentaban subir, lo que causaba atascos y retrasaba a otros escaladores, por lo que muchos de ellos alcanzaron la cima después de las 2 de la tarde, considerada la más tardía hora de descenso, exponenciando el riesgo. 

La producción que nos ofrece Working Title Films, Emmett/Furla Films, dirigida por el director irlandés Baltasar Kórmakur, Everest, no será una adaptación literal de Into thin air ni de The climb, sino que extraerá la historia de diversas fuentes que incluyen entrevistas con los mismos sobrevivientes, una nueva investigación que se realizó para rodar este filme, que también pasará como una metáfora en torno al hombre y sus miedos para superar obstáculos extremadamente duros, que convertirán la obsesión de toda una vida en una lucha por la supervivencia.

Protagonizada por un reparto estelar (Jason Clarke, Josh Brolin, John Hawkes, Robin Wright, Michael Kelly, Sam Worthington, Keira Knightley, Emily Watson y Jake Gyllenhaal), la película se rodó en las laderas del Everest en Nepal, en los Alpes italianos, en los estudios Cinecittà de Roma y en los Pinewood Studios del Reino Unido.

 

14.09.15

Alberto Contreras


Alpinista de clóset, aventurero de corazón, es en realidad un mafioso en el exilio que sabe apreciar los buenos momentos en soledad. Le gusta el cine, la música y le huye a lo que huela a hipster. Es padre dedicado de su perro Falkor. ....ver perfil
Comentarios:
07.06.16
F dice:
Maravillosamente magnánimo, una obra dantescamente ambigua que nos da una visión subjetivamente abstracta de los eventos que acontecieron en el gran monte de la mortalidad alta, el Everest.
comentarios.