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El espejo del arte

¡El rey está desnudo!

por Viridiana Marín

 

En el cuento de El traje nuevo del emperador donde el personaje del Rey, a partir de ideas que le venden unos comerciantes, compra una tela invisible “reconocible únicamente por personas inteligentes”, para no quedar mal usa la tela invisible y se la pone deambulando por su reino donde todos creen la misma versión, los inteligentes son los únicos que pueden ver la tela.  Hasta que un niño exclama ¡el rey está desnudo! Siguiendo este caso, se estrenó un documental donde se manifiesta un problema para cuestionar qué es arte.

 

Si pensamos en especulaciones económicas, podríamos decir que siempre ha existido algún tipo de comercialización en el arte. Su entrada a la forma más vulgar del capitalismo de consumo, como un producto que posee valor dado por el mercado, como cualquier otra mercancía se debe a la intensa comercialización de piezas cuyo propósito es generar ganancias a partir del plus-valor que puedan otorgarle el re-nombre del artista, el prestigio de donde se ha expuesto y lo mediático de la obra.

E. H. Gombrich ya había sentenciado en su célebre introducción a La historia del arte que “No existe, realmente, el arte. Tan solo hay artistas”. En El espejo del arte (2014) de Pablo Jato, se pone sobre la mesa la cuestión del “artista” en esta época, colocando frente a la cámara a quienes intervienen en considerar, bajo aquél título, a un creador figurante en la esfera del mercado del arte contemporáneo; sean curadores o coleccionistas los que puedan otorgar valor agregado a una pieza o tan solo un estatus de marketing.

La película no muestra un análisis acerca de la estética en el arte actual, más bien reduce su objeto de estudio a aquellas piezas que puedan ser concebidas en un espacio de galería o museo; para ello, aborda a quienes directamente influyen en que estas obras puedan colocarse y moverse en distintos recintos: los galeristas, curadores, críticos, artistas y coleccionistas.

El espejo del arte da una introducción a los cambios del canon clásico de la plástica hacía la abstracción, lo cual nos lleva a la generación del arte-concepto y arte-objeto, partiendo del urinario de Marcel Duchamp –colocado en una exhibición bajo el titulo de La fuente (1917)–, cuya acción redimensionó la concepción del arte plástico y planteó la idea de cómo un objeto podía ser contextualizado en un espacio y bajo un concepto como pieza de arte.

Jato y su equipo exploran dos ferias de arte contemporáneo: ZONA MACO (México) y ARCO (Madrid). Así como algunas de las galerías y museos significativos en la Ciudad de México que trabajan con este tipo de obras. Su planteamiento se basa en una serie de preguntas: ¿Qué es el arte? ¿Qué es el arte para las galerías? El propósito es cuestionar el significado del arte en la actualidad, el negocio en el que se ha convertido esta manifestación y llegar al punto del valor monetario en la cotización de una obra, es decir, llegar al cómo se colocan los precios en el mercado.

La película se sustenta en entrevistas y testimonios, da un repaso de imágenes por las obras de artistas contemporáneos, jugando todo el tiempo con una imagen doble, simulando un espejo, confrontando al entrevistado con su propia imagen. El director, Pablo Jato, hace responder a todos las mismas preguntas, lo curioso es la serie de contradicciones que se generan, más provocativas que cercanas a una respuesta a las cuestiones lanzadas.

La construcción de la película pretende servir como introducción al tema del arte contemporáneo y su comercialización, para cualquier interesado o curioso, con títulos que explican de lo que se habla todo el tiempo. Parece más un documento informativo. Incluso dobla las voces de entrevistados que no hablan español para que cualquiera pueda atender lo que se dice.

Su valor, más que en cuestiones cinematográficas como lo podrían ser la fotografía, la edición, el guión (que no es carente de, pero sí se trata de forma muy elemental), reside en poner las cartas sobre la mesa respecto a la micro burbuja que contiene la negociación del arte contemporáneo en México, fenómeno que no es exclusivo del país, sino de dimensiones globales. Lo cual no quiere decir que haya talento o no en el arte el contemporáneo, ni que no existan grupos o proyectos que impulsen el arte en la actualidad. Sino que detrás de un núcleo específico en el arte existen intereses que no se salvan del capitalismo en su forma más descarnada.

De ahí se desprende el tema de la originalidad en las piezas y de la imposibilidad de los actuales expertos en esta materia para hablar de obras maestras, y de creaciones únicas que puedan dar un contexto del tiempo en el que se han realizado.

La cuestión del documental no es explicar a través de una percepción lo que es y lo que no es el arte, aunque esa pareciera su principal intención provocativa; es más bien evidenciar el negocio donde las obras no surgen de un taller de creación, que pareciera más bien que se dan en serie, de forma fabril bajo intereses de venta. Claro que no es un producto para las masas, es exclusivo para aquellos que poseen el dinero para comprarlas.

 

18.06.15

Viridiana Marín


Socióloga, autodidacta del estudio del arte, investigadora concentrada en el campo cinematográfico, particularmente del cine mexicano, sus géneros, autores, estilos, estéticas y su devenir contemporáneo. Fan de Joaquín Pardavé.....ver perfil
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