por Elías Razo

imagen de portada, cortesía de Iranyela López y &

Desde que inició el año he pasado y repasado libros y escritos hemerográficos sobre Germán Valdés, Tin Tan, a la espera de la inspiración que logre iniciar un escrito digno y original de tan importante icono de la cultura de la Ciudad de México, del país, de una región del continente americano (pienso en México, Centroamérica, Cuba, el sur y oeste de los Estados Unidos). Hasta hoy no se me había ocurrido nada.

Sería que me contagié de la ausencia de información que en el presente año se está dando sobre el personaje, sin embargo sucedió el milagro. Una hermana mía me convidó a ver a una película que exhibían en la televisión abierta (Canal 40, 6:30 de la tarde, domingo 3 de mayo) y más forzado que de ganas intenté verlo, soportarlo cerca de dos horas.

Fue Tin Tan y las modelos (Escuela de modelos) (1960), dirigida por Benito Alazraki Algranti, con argumento y diálogos de Gilberto Martínez Solares y Juan García, cinta mal hecha, en donde se nota la ausencia del ritmo de comicidad natural que explotaba el Tin Tan de 15 años atrás. Ahí trata de hacer una réplica mexicana de Cab Calloway, incluso usa un frac al estilo de este jazzista, se nota ya la obviedad, el gusto por imitarlo. Qué mal me sentí, con un vació absoluto por el tiempo dedicado a ver nada del tan popular cómico, y francamente me pregunté: ¿de verdad estará vacío, como el filme, el centenario de este ídolo, referencia musical y de uso de lenguaje de varias generaciones?

Y es que hasta el momento nada hay que nos recuerde que el 19 de septiembre se cumplirá el centenario del nacimiento del ¿anti pachuco? La Cineteca Nacional tuvo un ligero acercamiento, en el marco del Festival Internacional de Cine de Guadalajara, y en marzo pasado se le rindió un homenaje a cargo de Roco (de La Maldita Vecindad), pero hasta el momento, el año de Tin Tan, no ha habido nada más.

Por ello hoy inicio. Y no sé cuándo, ni cómo terminaré con estas notas periodísticas, entrevistas, pretextos. Buscaré conocidos de Tin Tan, a los sobrevivientes del primer círculo del cómico, pero también a los derivados, personajes paralelos y marginales que hoy lo rememoran, y así construir un nuevo marco histórico-cultural, un mínimo homenaje para tan singular personaje.

“¡Se recordará a Tin Tan a pesar de su familia!”

Manuel Márquez, realizador de Ni muy muy, ni tan tan… Simplemente Tin Tan

Ni muy muy, ni tan tan…. simplemente Tin Tan es un documental estrenado hace 10 años, es el más digno trabajo realizado para ensalzar la imagen de Germán Valdés Tin Tan, de ahí en adelante el año pasado se hizo la presentación de un “diccionario” (Tin Tán y su trompabulario, de José Andrés Niquet) y existe la realización de la película Me importas tú, (dirigida en 2009 por Adolfo Martínez Solares, escrita por Fritz Glockner), no hay nada más para conmemorar este primer centenario del actor, cómico, bailarín, cantante, galán, pachuco, besador y hasta de changos, icono juvenil de la antisolemnidad y de la frescura pachangera. Y es de llamar la atención el vacío que hay en torno de esta figura símbolo del cine humorístico nacional.

¿Qué está pasando a este respecto, Manuel Márquez?, ¿por qué esta ausencia de fiestas sobre Tin Tan?

Es triste decirlo y más confirmarlo, pero sucede que la familia Valdés Julián es el peor enemigo de Tin Tan. Yo creo que para este año se podría haber hecho toda una serie de festejos, nombrar el año de Tin Tan, por ejemplo, hacer obras de teatro, bailes populares, hacer presentaciones con cantantes, se me ocurren mil cosas, se puede hacer... pero a lo que se enfrenta un digno homenaje es a la familia Valdés Julián…

Sin embargo se hace homenaje popular a Tin Tan, la gente lo hace…

Sin duda, contra eso no han podido, aunque lo intentan por todos lados. Por ejemplo, con la cafetería Tintanismo de Juan José Sánchez Trejo, en Azcapotzalco, les han llamado para decirles que tienen que pagar por usar todo lo concerniente a Tin Tan. La familia quiere que, si la tele le va a hacer un homenaje, ser ellos los que conduzcan el homenaje, ser los presentadores, ser los programadores y obviamente los que ganan su salario y tener su ganancia aparte, esto no es posible cuando se trata de una figura como la de Tin Tan. Tal vez si Tin Tan se hubiera manejado así, como Cantinfas, podríamos entenderlo, Cantinflas era una empresa, se cotizaba en EE.UU, él era Columbia Buenavista y detalles de ese tipo, pero Tin Tan no era eso, Tin Tan era un personaje muy rico, que dio al país una serie de imágenes digamos de nacionalidad... de mexicanidad, no podemos pedirle, no debemos pedirle a un  personaje de su tamaño, ser un cheque al portador cada vez que se nos ocurre...

Pero hay cuestiones legales que cumplir, si así está establecido.

Sí, si de lucrar se trata, pero cuando se pretende homenajear a alguien como Tin Tan, cuyas películas ya cumplieron más de 50 años, no habría razón para ello. Hace poco se montó una exposición en la estación del metro La Raza sobre cine mexicano, las autoridades del metro me comentaron que querían homenajear al actor, y para eso entrar en contacto con la familia. Quise ser intermediario y resultó contraproducente: contacté a Carlos Valdés Julián y le dije que en el metro querían hacer un homenaje a su padre, ponerle el nombre a un convoy y sacar boletos y tarjetas con la figura de Tin Tan. Rosalía, su hermana mayor, me buscó y reclamó sobre esa iniciativa (cuando yo les había hablado para ponerlos en contacto con los de la iniciativa). Me recriminó sobre el haberme aprovechado de su padre en el documental, cuando yo no gané nada con esta película, yo perdí. El mismo Ramón Obón, que era su abogado, les dijo que ya no me molestaran, llegamos a un acuerdo que cuando la cinta se vendiera o llegara a un tope de venta cobrarían un porcentaje y así quedó establecido, pero siguen queriendo canibalear, esa es la palabra, a quien use el nombre de Germán Valdés Tin Tan.

Y la película, ¿por qué la hiciste, por qué una película sobre Tin Tan?

Lo dije en su momento. A mí Tin Tan me fascina y me formó como cinéfilo... Siempre se me hizo una figura muy enigmática, mágica, lo relacionaba con mi familia, mi padre cada navidad compraba Las posadas de Tin Tan y debíamos escucharlo toda la noche.

Cuando los otros involucrados en la película, el guionista Juan Santiago Huerta; Diego Arismendi, fotógrafo; el diseñador de producción Jaime Beltrán y yo, no lo dudamos, todos coincidimos con comenzar una serie de documentales sobre los cómicos de México con este personaje, y así no nos costó trabajo iniciar esta filmación, pero entonces no sabíamos que eran los derechos de autor, el uso de las crestomatías y el manejo de imágenes de personajes. Más tarde, y de la manera cruel y dolorosa los supimos.

Otra cosa que también teníamos en común es que nunca habíamos visto una película de Tin Tan en cine, siempre en televisión (nacimos en la década del 70) y nuestro sueño era ver a Tin Tan en una sala de cine, tuvimos la fortuna de encontrarnos con Pepé Bastón, de Televisa, pues nos permitió entrar a su filmoteca... empezamos a ver sus películas de la mejor calidad, y yo me recrié con su música, pues siempre lo he considerado un extraordinario cantante, un crooner mexicano, al que no tomaron en serio.

La cinta quería ser un tributo a Tin Tan como cantante, por eso el documental está soportado en todos esos músicos jóvenes, ellos si aceptaban a Tin Tan como músico, cada uno hace una acotación al respecto, pero yo fui conociendo a Tin Tan a través de lo que fuimos descubriendo en el documental... todos los entrevistados nos dan un marco de referencia cultural de Tin Tan, la ruta de Paco Miller por toda la frontera, y como él se va identificando con esos de los Pachucos, él lo trae a México de forma contestataria pero muy festiva, aunque después le fueron quitando lo pachuco en el cine...

Entonces hablemos de Cab Calloway, del estilo de este jazzista, del cual Tin Tan recrea su estilo y lo personifica en lo que será el pachuco nacional, desinhibido y sin temor de hacer muecas extravagantes en su personal forma de cantar…

Según palabras del Ratón Valdés, hermano de Tin Tan, Germán admiraba mucho a Cab Calloway, porque éste cantaba, bailaba, además él fue de los primeros actores de color que uso el traje zoot suit. Germán Valdés toma de Calloway esa actitud musical, dancística de vestimenta y la mezcla con otro personaje al que no se le ha hecho un homenaje, o reconocimiento merecido: Don Tosti, músico fronterizo, músico chicano, que empieza a hacer diálogo en las canciones, a jugar con las canciones y alguien más le contesta, así como a Tin Tan le contestaba Marcelo...

Todos hacían música híbrida, aunque Tin Tan lo llevó a la locura. Mezclaba mambo con tango, swing con chachacha y hacía homenajes a la música de aquel momento de una manera particular, y hay que agregar a otro personaje: Lalo Guerreo, un personaje del que también se nutre.

¿Cómo ves el documental a diez años de distancia, sigue viva la cinta documental?

Yo estoy muy satisfecho con el trabajo, porque la gente la ha aceptado, nos fue mal con la crítica, con los festivales... Pero cuando se presenta en foros vemos que tiene éxito, la gente aplaude al final, como si fuera una obra de teatro, la gente se identifica, la gente la entiende, y es que Tin Tan sigue formando. De Tin Tan todos hablan, sus personajes fascinan, son íntimos y familiares, sus improvisaciones siguen siendo frescas, provocando todo el tiempo al público... Todas esas cosas me llevaron a pensar en lo que se plasmó dentro de este documental, estoy satisfecho, creo que se logra algo bueno y bello, eso que aplaudan al finalizar la película, como si estuvieran en el teatro, es lo más satisfactorio que me ha sucedido.

*Ni muy, muy ... ni tan, tan ... simplemente Tin Tan, México, 2005, 90 mins.

Director: Manuel Márquez. Guión: Juan Santiago Huerta.  Diego Arizmendi. Música: Roco (La Maldita Vecindad). Edición: Manuel Márquez, Juan Santiago Huerta, Pedro Prieto. Con: Jorge Ayala Blanco, Rafael Aviña, Froylán López Narváez, Jacobo Zabludovsky, Carlos Monsiváis, Tomás Mojarro, Armando Ramírez, Manuel “El Loco” Valdés, Yolanda Montes “Tongolele”, Rosalía Julián (viuda de Valdés), Edmundo Miller, Marcela Chávez, Carlos Valdés Julián, Alfonso Arnold, Antonio “El Ratón” Valdés, Germán Francisco Valdés, Cristóbal Valdés, Alfonso Arau, Fanny Kauffman “Vitola”, Wolf Ruvinskis, Roco, Pato, Jaime López, Roger Hernández, Roy Galván. Productor: Carlos Valdés, Ángel y Manuel Márquez, Arturo Ramírez, Roberto Lira y Alberto Castro. Distribuidora: Alfhaville Cinema. Clasificación: A.

15.05.15