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Berlinale 65. Patricio Guzmán

por Hans Fernández

 

Con su más reciente documental, Patricio Guzmán demuestra ser un director consolidado, capaz de desplegar toda su creatividad artística y madurez al público. El carácter heterodoxo de la composición de la película sugiere la presencia de nuevas dimensiones en su cine.

 

El cine chileno vive en la actualidad una etapa de renacimiento. En los últimos años ha habido un inusual aumento de producciones de muy buen nivel que han conseguido estrenarse o mostrarse en diferentes festivales del mundo y en ocasiones han logrado obtener reconocimientos. En la edición 2015 de la Berlinale este proceso se manifiesta en los numerosos largometrajes que se han exhibido: La mujer de barro (Sergio Castro San Martín), Las niñas Quispe (Sebastián Sepúlveda), Nasty Baby (Sebastián Silva), Mar (Dominga Sotomayor). Pero el hecho de mayor importancia es la presencia de dos filmes en la competencia, El botón de nácar de Patricio Guzmán y El club de Pablo Larraín, que han suscitado el interés tanto de los espectadores como de la crítica.

Patricio Guzmán (1941), el gran documentalista chileno, estrenó el pasado domingo 8 de febrero su nueva obra, El botón de nácar –único documental en competencia–, en el Berlinale Palast. En la entrada al recinto se lo veía de smoking caminando en la alfombra roja en compañía de su esposa, la productora Renate Sachse, y un poco más allá, de abrigo, bufanda y sombrero a Dieter Kosslick, director del festival.

Patricio Guzmán cuenta con una amplia trayectoria en el mundo del cine y su Opus magum es la trilogía La batalla de Chile, la lucha de un pueblo sin armas, constituida por La insurrección de la burguesía (1975), El golpe de Estado (1976) y El poder popular (1979), filmes que tanto en su país de origen como en Francia –donde se encuentra radicado tras su exilio– lo han dado a conocer y consolidado como un documentalista político. En 2010 el director estrenó Nostalgia de la luz, película con muy buena acogida en Europa en la que, además de tratar la problemática de los desaparecidos de Chile, incursiona en –e introduce en su filmografía– el tema de la astronomía.

El botón de nácar es una nueva propuesta estética del autor que reúne distintas temáticas: las culturas indígenas de la Patagonia, la naturaleza, la astronomía, los desaparecidos, y no en último término la identidad chilena. La composición del filme es, por su parte, heteróclita, en él confluyen un mosaico de entrevistas, fotografías, dibujos, imágenes elaboradas en computador y planos (a veces largos) de la naturaleza. Se acompaña igualmente de la voz narradora en off de Guzmán y de un trabajo de sonido muy cuidado.

El eje temático de este texto fílmico es el agua en sus distintas dimensiones. El inicio de la película muestra un trozo de cuarzo de tres mil años de antigüedad que en su interior alberga una gota de este elemento, y alude a que su presencia en el universo posibilita la vida: “El agua es un órgano mediador entre las estrellas y nosotros” –sentencia Guzmán.

Enseguida, a través de una introducción visual a los paisajes de la Patagonia, el director incorpora el tema de los habitantes autóctonos del sur de Chile a quienes denomina “nómadas del agua”. Guzmán aboga por estos pueblos y tematiza las facetas del genocidio que sufrieron. Luego introduce la fascinante historia del yagán, Jimmy Button, que en el siglo XIX a cambio de un botón de nácar subió al barco de Fitz Roy y fue llevado a Inglaterra para posteriormente ser devuelto a su lugar de origen transformado en un extraño.

A continuación se desarrolla el tema del océano como cementerio, donde las fuerzas armadas chilenas arrojaron desde helicópteros cuerpos de opositores a la dictadura militar de Augusto Pinochet. El documental muestra que años más tarde, cuando fueron localizados los rieles que les eran atados, en uno de ellos se halló adherido un botón como único vestigio de una de las víctimas. El narrador relaciona este hallazgo con la historia de Jimmy Button y expresa que “dos botones cuentan las mismas historias: de exterminio”.

El botón de nácar es también un filme personal. Contiene varias referencias a la infancia de Pa­tricio Guzmán —tal como La noche de enfrente (2012) para Raúl Ruiz y La danza de la rea­lidad (2013) para Alejandro Jodorowsky, películas de sus compatriotas que también radicaron en Francia. Asimismo se encuentran en este filme bastantes alusiones a su identidad chilena, es co­mo si de alguna manera lo utilizara para explorar en su chilenidad (o la buscara) a través del agua.

El botón de nácar es un texto fílmico complejo que reúne astronomía, antropología y derechos humanos, temas que siempre han cautivado a Guzmán. Se trata de un poema documental en el que la fascinación por el universo y por la vida, son centrales para la propuesta de la película.

 

Encuentra este documental en Sala de Arte. Aquí los horarios.

 

14.02.15

Mr. FILME


@FilmeMagazine
La letra encarnada de la esencia de F.I.L.M.E., y en ocasiones, el capataz del consejo editorial.....ver perfil
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