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Mapa

El novísimo neocolonialismo autobiográfico

por Los Ingrávidos / @zonaingravida

 

Revisitando Mapa (2012), extraordinaria autobiografía audiovisual del realizador León Siminiani, reformulamos algo sobre el asidero relacional de dicho filme, y es que nos da la impresión de que Siminiani viajó hasta la India, tal vez únicamente, para comprobar y corroborar que un “cineasta español educado en Nueva York” no puede filmar eso que él como “cineasta autobiográfico educado en Nueva York” llama "miseria en la India". No nos malinterpreten, Mapa nos impresiona y aplaudimos también, como Gonzalo de Pedro, su excesiva contemporaneidad.

Tenemos que ser sinceros frente a un filme que, como éste, nos muestra de qué manera hasta los retratos de lo más íntimo de un realizador son construcciones y puestas en escena. Digámoslo entonces: tanto cine-mi-verdad, bifurca nuestro entendimiento y suspende toda facultad cognitiva; tanto límite-de-la-primera-persona, hace evidente el fracaso de ciertas certezas “universales”.

Sumado a lo anterior, tanta honestidad nos conmueve y nos conmovería aún más –quizá hasta las lágrimas– si la tan aburrida historia de-un-desamor no empañara el arriesgado constructo formal que sostiene la intencional desorientación generalizada que Siminiani pone en juego con Mapa. De ahí otra constatación del viaje de este realizador español: para filmar “la miseria” no basta con decidirse ir a la India, en lugar de hacerlo a México, sino, acaso, comenzar por hablar miserablemente de las imágenes.

Ya en pleno turisteo por la India y con cámara en mano, el cineasta se interroga a sí mismo, “¿quién eres tú para filmar la miseria en la India?” –lo expresa reclamando(se). A lo cual aparece un “Por favor, corta ya” –responde con un mandato para sí. El educado y cosmopolita cineasta de-un-desamor nos da una sincera y decorosa lección de vida, estar siempre al acecho y en retrospectiva de lo que nos cuenta una imagen, ser tan honesto como para no hacer cine autobiográfico con pretensión de “documentalista político”, saber cortar justo una imagen ahí en donde el colonialismo audiovisual corre el riesgo de hacerse demasiado evidente, saber forzarse uno mismo a cortar o al menos dar fe de la existencia de un honesto forcejeo auditivo que se antoja mental.

Saber enunciar fórmulas acríticas como “miseria en la India” haciéndola pasar por imagen auto-consistente es una de las astucias fundamentales de una voz en off encallada en el juego de cierta reflexión personal de no-ficción. Filtrar una feroz política colonial mediante una autobiográfica humildad es la forma más refinada del socarrón juego de subjetividades fisuradas, juego que por cierto es bastante seductor para nuestros campeones de la programación en la Cineteca Nacional, y más seductor aún cuando se alienta al espectador a que lea en las imágenes un constructo que no se agota en las humildes subjetividades políticamente correctas que, puestas en escena, nos dan a ver la miseria de cierta política audiovisual.

Las imágenes que nos muestra el documental no son miserables ni políticas pero sí lo que la personalísima voz en off del cine-mi-verdad dice de ellas. En este “novísimo y contemporáneo” cine autobiográfico, el neocolonialista audiovisual Raya Martin es cínicamente más sincero, al menos sus bufonadas audiovisuales tienen como pretexto y justificación ser “el niño prodigio” de Cannes. Mapa nos impresiona, más aún su humilde honestidad.

 

30.06.14

Mr. FILME


@FilmeMagazine
La letra encarnada de la esencia de F.I.L.M.E., y en ocasiones, el capataz del consejo editorial.....ver perfil
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