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Les rencontres d´après minuit

por Daniel Aguado

 

El encuentro nocturno de un puñado de extraños en un departamento, quienes están  buscando el placer sexual y el hedonismo puro, termina de la manera opuesta, cada uno desnuda su condición interior y real. Lo que todos esperábamos como una orgía de franceses en éxtasis y cocaína, demuestra lo solos y desconectados que estamos aún estando tan cerca.

La ópera prima del realizador galo, Yann González, Encuentros después de la medianoche (Les rencontres d’après minuit, 2013) es una bizarra, pero seductora, combinación entre una puesta en escena a momentos teatral, una estética que podría recordarnos alguna escena en clave thriller ochentero de la era de los videocasetes independientes, pero con una expresión conceptual del  pensamiento y trasfondo de los deseos y temores humanos, como lo habría planteado, quizá, Ingmar Bergman en sus filmes, donde las emociones de los personajes se dejan ver a través de otros.

Para algunos, Les rencontres d'après minuit, podría ser calificado con el adjetivo de neo romántico, en cuanto a la manera artificial en la que la película busca la teatralidad de alguna puesta en escena del romanticismo. Sin embargo, es esta misma textura, la cual el director francés consigue lograr con este film.

En la época en la que los celulares, la tecnología y la soledad, nos han convertido en salvajes del placer inmediato, el filme busca exponer o expresar las conexiones humanas, ejemplificándolas con diferentes arquetipos –como se pudieran haber contado en alguna tragedia griega–, sin olvidarse del momento en que vivimos. Aplicaciones (reflejadas en el dispositivo musical que se aprecia en el filme), que nos consiguen sexo en pocos minutos o una relación, han sustituido la interacción entre nosotros, dejándonos solos y vacíos.

Una reflexión interesante se revela en ésta película, la cual, aunque buscando el placer de manera superficial, nos demuestra cómo incluso en una orgía con desconocidos cabe una interacción de confrontación y aceptación de cada una de las personas. Llegan a un lugar desconocido sin darse cuenta de lo que encontrarán en ellos mismos.

Ésta manera nostálgica  y emocional en la que Yann Gonzaléz nos muestra su película, se ve complementada por la música que la envuelve. Anthony González, integrante del grupo francés conocido como M83, fue quien estuvo a cargo, junto con su hermano (Yann), del soundtrack del filme.  Anthony ya había realizado la banda sonora para Oblivion (Joseph Kosinski, 2013), donde también hizo un gran trabajo, pero al ser una producción mucho mayor, fueron pocas decisiones musicales que se le dejaron tomar por completo, mientras que en Les rencontres d'après minuit por ser de corte independiente, permitió la  oportunidad de tomar muchas mas decisiones al respecto. Esto se puede apreciar claramente en muchas de las escenas, donde la música se convierte en algo envolvente y etéreo, sumándose a la estética de la obra.

Tal vez Les rencontres d'après minuit sea una de las novedades del cine francés contemporáneo, pero al igual que otras tendencias en el cine galo, maneja la independencia de la sexualidad humana. Se toma por sentado  que muchos de los  personajes han adoptado una mentalidad diferente ante la orientación sexual ya establecida. Donde la homosexualidad, heterosexualidad o bisexualidad, ya no crean una etiqueta o barrera entre la sociedad que envuelve quienes participan de ella.

Se podría decir que el aspecto más destacable de la película recae sobre estos pequeños aspectos, en donde la conexión entre estos temas (sexualidad, soledad, relaciones, etc.) hace que los mismos personajes se encuentren con ellos y el espectador.

 

06.06.14

Daniel Aguado


Arquitecto en preparación, cinéfilo consagrado y corresponsal de guerra para F.I.L.M.E.....ver perfil
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