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Happy Together

por Brianda Pineda Melgarejo
 

Finalmente comprendí como él podía ser tan feliz vando por ahí libremente.
 Es porque siempre tenía un lugar al cual podía volver.
Happy Together, Wong Kar Wai

 

Cine intimista. El director originario de Shanghái sitúa en Argentina la laberíntica historia de amor de dos hombres: Ho Po-wing (Leslie Cheung) y Lai Yiu-fai (Tony Leung), quienes han viajado desde Hong Kong en busca de un cambio provechoso en sus vidas. Desde el comienzo del filme sabemos del caos que rodea a la pareja; un juego incesante de rupturas, y no por predecibles, menos apasionadas reconciliaciones. Pero el misterio es desatado por el nuevo ritmo al que los obliga Buenos Aires, la ciudad de plata.

Ya separados por una última riña, la dificultad de hallar un trabajo lleva a Lai a trabajar de mesero en un bar donde el acordeón invoca la sensualidad del tango y también al erotismo alcoholizado en más de una ocasión al cruzar la puerta; por otro lado Po-wing elige el camino estigmatizado de la prostitución y será a partir de este punto, sembrada ya la semilla de la repulsión entre los amantes, que aparezca en sus acciones el vedado retorno a la felicidad.

Contrario a lo que sugiere el título, Happy together (Chun gwong cha sit, Wong Kar Wai, 1997) es una película sobre la desconfianza, la frivolidad, la histeria y la melancolía solitaria de los enamorados. Es un atravesar largos pasillos para ser espectador de los miedos y obsesiones que nublan la lucidez de los personajes, incluso al grado de impedirles el diálogo o la tregua que podría recordarles lo extraño y desconocido que resulta el viaje fuera de ese cuarto invadido por la humedad que los contiene.

Es el anverso de la felicidad lo que nos cuenta Wong Kar Wai. Hasta aquí no hay de qué sorprenderse, pues la fórmula amorosa, adaptada a cualquier género (sin restar, con esta declaración, asombro al atrevimiento viril del director), resulta conocida y recreada a través de los tiempos por toda la humanidad. ¿Cuál es entonces la singularidad de la obra cinematográfica?

El filme se revela como una sinfonía de colores. Es en su tono turbio, texturizado, una escala espasmódica de colores en constante fuga, va del gris al ocre y despunta en rojos y amarillos desteñidos, es azul en sus mejores ángulos y escenas, es negro en las profundidades. En su efecto pictórico es el presagio de los colores imperturbables y nítidos que dotan de un carácter sublime al poema visual que tres años después de Happy Together llamaría Deseando amar (Fa yeung nin wa, 2000). Boceto o no de esa preocupación estética, lo cierto es que la dispersión rodea a todos los instrumentos de los que se sirve el film para poetizar la imagen, la banda sonora es una elocuente dosis de belleza que va de Cucurrucucú paloma –aquí por Caetano Veloso, pasando por el Tango apasionado de Piazzola hasta que la euforia de la película, a la voz de instrumentos solitarios –que encuentran espacio y sentido como fondo de una serie de fotografías sobrexpuestas y desplazamientos insólitos de la cámara, que no hacen más que convertir al espectador en un testigo confuso (no confundido)– cuyo triunfo consiste en tener un pie dentro del misterio al perder, en apariencia, el hilo coherente de la historia. Pérdida a favor de ser, en sintonía con los personajes, un viajero recorriendo el paisaje de las posibilidades y técnicas cinemaotgráficas.

Será este viaje a bordo del cinematógrafo un recorrido por la Buenos Aires nocturna, un reptil cuyas escamas son luces eléctricas que no cesan de parpadear pues la ciudad nunca duerme. La película pensada por Wong Kar Wai responde a las preguntas que quieran formularle, con la ambigüedad sublime de las imágenes, como en la deslumbrante escena donde Lai se pregunta cómo se vería Hong Kong al revés y nosotros, afortunados cazadores de ficciones, vemos en la pantalla el deseo de su interrogante ya realizado. Así, Happy together es en su personalidad melancólica un insomnio que dura la contemplación de un poema cayendo en el vértigo azul de las cataratas inmensas del Iguazú.

 

23.05.14

Brianda Pineda


@brryanda

Xalapa, 1991. Licenciada en Lengua y Literatura Hispánicas por la Universidad Veracruzana. Ganadora en dos ocasiones del Premio Nacional al Estudiante Universitario Carlos Fuentes. Ha publicado reseñas y artículos en La Palabra y el Hombre y reseÃ....ver perfil

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