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Revueltas y el cine III

por Elías Razo Hidalgo

 

Donde se da cuenta de más años de preparación que José Revueltas necesitó en sus nuevos causes de creación artística.

 

El regreso de la URSS fue traumático para José Revueltas, debido a la muerte prematura de su hermano Fermín Revueltas (1901-1935), promotor del muralismo y el estridentismo. Habrá que recordar que fue Fermín quién le orientó en las primeras lecturas sobre comunismo, fue quien le dio los primeros números del periódico El Machete, del cual el pintor había sido fundador, fue quien con su ejemplo de rebeldía a toda costa, le imprimió su espíritu irredento al hermano menor a José, que se dolió por no estar presente en el funeral, pero más se dolió no tener al imaginativo interlocutor de las formas, el futurismo y la explosión de colores a su lado, se dolió de la falta de diálogo, aunque en lo fundamental ya estaban sentadas estas bases heredadas para que José Revueltas se encarrilase.

En esta época, que coincide con los cuatro años que le resta al periodo cardenista (1936-1940), José Revueltas se vuelca en el trabajo militante de tiempo completo, a más de fortalecer la Liga de Comunidades Agrarias con Úrsulo Galván (líder agrario comunista) y reorganizar el trabajo del PCM; trabaja de periodista para El Popular y como corresponsal de periódicos en el interior del país, fortalece sus lazos de amistad con Efraín Huerta y Octavio Paz, con los que compartirá, más que la edad, los senderos de la creatividad y la autorreflexión que los unirá toda la vida.

En este tiempo conoce y se enamora de manera inmediata de Olivia Peralta, con la que se casa a escondidas de la familia de ella, y con la que mantendrá una profusa unidad (1937-1947 ss.), y que dará vida a cuatro hijos: Andrea, Fermín, Pablo y Olivia.

El fin de la década le marcará nuevamente con la muerte de una hermana y su madre en el mismo año (1939), para un año después sufrir la irreparable pérdida de Silvestre (1900-1940), que padecerá siempre, le recordará el sufrimiento sentido por la muerte de Fermín, y se acrecentará, pues era a Silvestre a quien consideraba su guía y ejemplo, la sabiduría y el talento, el cariño y la bondad, el amor por todos los hombres de la tierra, términos en que sentiría que la muerte de este otro hermano mayor sería la herencia que le encomendaba.

Ya se hablaría de un José antes de Silvestre y otro después, siempre comprometido con sus causas y sus ideales, ahora la interlocutora entre la familia y José Revueltas sería casi en exclusiva su hermana Rosaura, con la que se unirá en proyectos cinematográficos y teatrales en el futuro.

Con la muerte de Silvestre aparece ya su primer novela, Los muros de agua, que pretendía mostrarla a su hermano, pues la había terminado justo en la víspera de su deceso (5 de octubre de 1940). La pudo publicar con el apoyo de su familia y amigos y se habló de un primer acercamiento argumental para llevarla al cine que nunca se concretó.

Ya inaugurado como escritor continúa su labor de periodista. Y por entonces conoce a Fernando Benítez (1912-2000) y al entonces adolescente Luis Spota (1925-1985), con los que en un viaje en alta mar seguramente adquirió el gusto por la aventura, la historia de México y la exploración por nuevas formas de expresión realistas que se verán plasmados en años posteriores en sus obras Dios en la tierra (1944), y sobre todo en su colección de cuentos Dormir en tierra (1961), y cabe subrayar el comentario que, sin lugar a dudas, Revueltas y Benítez le hicieron a Spota sobre el ya entonces mítico B. Traven (1882-1969), y seguramente lo incitan a realizar una investigación periodístico-policíaca sobre este autor, que de manera oculta vive en México y desde nuestro país difunde su profusa e inteligente literatura.

¿A José Revueltas le habrá inquietado conocer más sobre este sombrío escritor, revolucionario arrepentido, crítico latente y permanente de los gobiernos totalitaristas, anarquista contumaz, que escribe y publica en completa libertad lo que se le antoja y que ve en el cine un fenómeno complementario con su literatura?

A finales de los 30 ya lo había reseñado, conocía bien su obra, pero en este momento el “pensamiento políticamente correcto” era el apoyo irrestricto a los acuerdos contra el poderío militar del nazismo, y toda crítica que se hiciera contra esto era tildado como reaccionaria sin más. Habría que apoyar lo que aquel gobierno totalitario decía y hacía, sin más, como acto de fe, dogmáticamente: nos referimos al régimen soviético, al cual no se le cuestionaba nada, no obstante denuncias de los excesos que se cometían en la URSS (vid. Supra comentario de Rosaura Revueltas a José sobre publicaciones alemanas al respecto, o concretamente denuncias de poetas franceses que se hacen en Barcelona durante el periodo de la República Española que señalan los excesos del paraíso soviético, pero que automáticamente son silenciadas vergonzosamente por todo el “mundo revolucionario”).

En este contexto entra B. Traven, y lo fortalecerá George Orwell (1903-1950), que ya se encuentra publicando en el mismo estilo del primero y que de alguna manera (El camino a Wigan Pier, 1937 y Homenaje a Cataluña, 1938) no pasará desapercibido para lectores como José Revueltas y Octavio Paz (que de 1938 a 1941 trabajan en la publicación de la revista fundada por Paz, Taller), pero que les costará una década comprender, entender y explicarse la realidad del llamado realismo socialista.

Aquí nace su segunda novela, El luto humano, en 1943, con la que obtiene premios nacionales e internacionales, renombre entre el círculo artístico mexicano pero que no le dejan ningún ingreso económico, no obstante la promoción. El luto humano marca el final y el inicio de un nuevo estilo de hacer literatura: el final del estilo literario de la Revolución mexicana y el inicio del llamado al realismo social de las crónicas que suceden en México.

José Revueltas señala los nuevos causes de hacer creación literaria. Los círculos viciosos interminables en los que están inmersos los hombres y las mujeres en la sociedad, el círculo cíclico que no tiene principio ni fin, o más bien un fin que es apocalíptico, sin esperanza. ¿Acaso en esta novela despertaba el crítico a la sociedad totalitaria en José Revueltas?

Aquí también inicia el contacto real con el cine, con el ambiente, con la industria, con los personajes que manejan este medio que cree Revueltas debe ser un vehículo educativo y cultural, en donde el nuevo hombre se vea retratado para mejorar su realidad, y del que ya antes su hermano Silvestre le había dado una probadita.

El primer contacto, ya lo sabemos, fueron algunas charlas con productores para llevar al cine Los muros de agua. Luego vino Esperanza López Mateos (1909-1951, traductora, secretaria y representante de B. Traven en México), y le propone hacer un docudrama sobre la vida y obra de su hermano Silvestre Revueltas, a lado de su primo, el cinematógrafo que cambiaría la historia del cine mexicano Gabriel Figueroa; y tampoco este proyecto se logra

Así, planteando trabajos que nunca se realizarán, se inicia la carrera de José Revueltas en la industria cinematográfica.

 

09.05.14

Elías Razo Hidalgo


Periodista de alma que se quedó sin periódico. Atlista aunque gane su equipo. Profesor de la Facultad de Filosofía y Letras desde hace ya 35 años, hoy se divierte en el inframundo de los infomerciales. Miembro emérito del cineclub "José Revueltas" de Ciencias Políticas y Sociales, hoy paga tributo al escritor al....ver perfil
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